El 29 de febrero es una fecha rodeada de supersticiones e intrigas históricas: los bisiestos. Nacieron debido a un desajuste entre el calendario gregoriano por el que se rige Occidente en la actualidad y el año astronómico -que acumula 5 horas y casi 50 minutos extra cada anualidad-. Por eso se añade un día cada cuatro años.

Los años bisiestos se instauraron en la época del calendario juliano, elaborado por el astrónomo griego Sosígenes de Alejandría por encargo del emperador, con el fin de corregir la diferencia entre la duración del año real, es decir, el tiempo que tarda la Tierra en orbitar alrededor del Sol y del año del calendario. En 1582 se sustituyó el calendario juliano por el gregoriano, y la regla para los años bisiestos cambió ligeramente para ser más precisa. Pero ya tres siglos antes de Jesucristo en Egipto había constancia por parte de los sabios de la época de esa inexactitud anual. Así lo explica el antropólogo gallego Manuel Mandianes: "Ptolomeo III ya había decretado un año que equivaldría a nuestro año bisiesto, pero los romanos no siguieron el calendario de los egipcios, hasta que Julio César mandó consultar a Sosígenes".

Fue en el año 44 aC, al adaptarse al calendario juliano -basado en el movimiento del Sol-, cuando los años pasaron a tener 365 días, divididos en doce meses de 30 o 31 días salvo febrero, con 28. Siendo conscientes los romanos de que los 365 días no eran un cálculo exacto, cada cuatro años añadían un día más al calendario, creando de este modo el año bisiesto. Posteriormente, en el año 1582, el calendario gregoriano -promovido por el papa Gregorio XIII- sustituyó al juliano y ajustó un poco más el desfase que todavía existía con el calendario juliano añadiendo excepciones a los años bisiestos: no lo serán los años múltiplos de 100, salvo si son también divisibles por 400. De este modo, los años actualmente tienen 365 días, 5 horas, 49 minutos y 12 segundos. Pese a este ajuste todavía se acumula un desfase de unos segundos, con lo que para que se acumule un día de error tendrán que pasar más de 3.200 años.

Para que el año tenga 366 días, el número del año ha de ser divisible entre 4, excepto si además de ser divisible entre cuatro, es también divisible entre 100 (como el próximo 2100). Si coinciden ambos casos, el año no será bisiesto. A excepción de que, dándose las dos anteriores situaciones, el número del año sea divisible entre 400. Por ejemplo, un año que cumplió estos tres supuestos fue el pasado 2000, que sí contó con un 29 de febrero por ser divisible entre 100 y entre 400.

Existen muchas curiosidades en torno a esta fecha tan particular. Por ejemplo, los nacidos en un 29 de febrero, conocidos como los leapers -por el término inglés Leap Year- recibían en Irlanda una ayuda económica. En España, el Instituto Español de Estadística (INE) calcula que hay unas 30.000 personas nacidas el 29 de febrero.

Año siniestro

Un dicho popular reza "año bisiesto, año siniestro". De hecho, muchos sucesos y catástrofes tuvieron lugar en año bisiesto: el hundimiento del Titanic (1912), el comienzo de la guerra civil española (1936), la guerra de Irán-Irak (1980), el inicio de la actual crisis económica (2008). Sonados asesinatos como la muerte de John Lennon (1980), Martin Luther King (1968), Mahatma Gandhi (1948) o Robert F. Kennedy (1968).