Jesús Ramos Muñoz, alicantino de 43 años, comandante piloto del Ejército del Aire destinado en el 802 Escuadrón del SAR en Gando, une a su pasión por volar el deporte. Ha sido dos veces campeón del mundo de pentatlón por equipos y otras dos obtuvo la medalla de bronce a nivel individual. En 2004, en Estambul (Turquía) y en 2008 en Brno (Chequia). En Noruega, en 2012, batió el récord del mundo de la prueba de esgrima. Su último palmarés, ganar el campeonato de España Interejércitos de esgrima.

"Desde que entré en la Academia General del Aire, allá por el año 1993, comencé a practicar esgrima y luego me decanté por el pentatlón militar aeronáutico, que consta de seis especialidades: tiro, natación, esgrima, baloncesto, pista americana y orientación. Este tipo de modalidad militar nació a finales de la II Guerra Mundial para mantener a las tripulaciones entrenadas. La primera vez que concurrí a un campeonato del mundo lo hice en 1999 como teniente y estaba en el equipo como reserva. Luego, en los siguientes, ya tuve una participación más activa y España volvió a ser campeona del mundo".

Ramos Muñoz lleva en el Ejército del Aire 23 años y ha estado destinado en la Escuela de Helicópteros, en Armilla (Granada), en el Ala 48 en Cuatro Vientos (Madrid), donde operó como jefe del 803 SQN, y en la actualidad como comandante del 802. "A Canarias llegué por hacerle un favor a un compañero que era de Madrid y quería regresar, así que pedí. Llevo tres años en la unidad y el ambiente es tan agradable que acabo de renovar por otros tres más", sentenció.

"Las pruebas del pentatlón miden la concentración, la resistencia, la dureza y la evasión", cuenta Jesús Ramos, para añadir que "la etapa más feliz que he vivido volando ha sido la que permanecí durante cinco años en la patrulla oficial de helicópteros del Ejército del Aire Aspa. Soy uno de los fundadores. No había nada semejante en el mundo y tuvimos que partir de cero. Nos tocó diseñar, crear, probar todo. Desde los ejercicios hasta los colores de los cinco aparatos -Colibrí-, pasando por los parches. Somos la única patrulla del mundo que emplea cinco aeronaves. Guardo un grato recuerdo cada vez que teníamos que salir a cualquier exhibición en la Península o el extranjero. Yo fui el solo durante todo este tiempo. Para el neófito en aeronáutica, el solo es el piloto que lleva a cabo las maniobras más arriesgas y ha de llevar la envolvente del aparato al límite".

Numerosos salvamentos

Los rescates forman parte de la vida del comandante Ramos Muñoz. "En determinadas ocasiones han sido en circunstancias extremas. Entre ellos recuerdo el de un tripulante del carguero Kea, que naufragó a 160 millas de Cabo Vilán, con dos desaparecidos y 22 tripulantes rescatados, en 2010. El de los dos ocupantes de una avioneta que se estrelló en la sierra de Segovia o el de tres holandesas que sufrían graves quemaduras e hipotermia por el frío y que fuimos a buscar con un helicóptero de enseñanza, un aparato que no está diseñado para ese tipo de misiones. También me quedo con el grato recuerdo del salvamento a mayor distancia sin repostar al volar sin escalas durante 730 millas náuticas (1.352 kilómetros) de noche y sin luz para evacuar a dos remeros del bote Deep Blue, un canadiense de 65 años y un joven británico de 24, quienes habían partido con la intención de cubrir a remo los 5.600 kilómetros que separan La Gomera de la isla caribeña de Antigua".