España es uno de los países donde más ciberacoso sufren los menores, en especial los adolescentes de 13 años. Así lo recoge un informe realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 42 países de Europa y América del Norte, en el que se alerta del riesgo de depresión y suicidio como consecuencia del denominado cyberbullying. "Aunque la investigación sobre el ciberacoso es relativamente incipiente, se han encontrado vínculos preocupantes claros entre padecer cyberbullying y resultados negativos en la salud mental como la depresión, la autolesión, y los instintos suicidas", advierte la OMS en su estudio.

El mal rendimiento académico, el comportamiento violento, las dificultades con los compañeros, las prácticas sexuales de riesgo y el consumo de drogas son otras de las consecuencias de esta nueva forma de acoso escolar a través de las redes sociales. El estudio también aborda la incidencia en la salud de los menores del tabaco, el alcohol, o la actividad física. Insultos, maltrato físico, rumores que dañan la reputación, exclusión del grupo, o fotos difundidas en las redes sociales, son algunos de los ejemplos de acoso escolar que recoge el informe, que a su vez identifica una nueva tendencia conocida como bully victim: víctima de acoso que también acosa a los demás por no saber defenderse de otra manera ni tener red social o familiar de apoyo.

Sobre esta situación, el jefe de la Unidad de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional en Canarias, César Fernández afirmó que si bien el acoso escolar siempre ha existido, ahora ha crecido la tendencia entre los menores con el uso de internet. "Utilizan las redes sociales en los grupos que tienen para dar a conocer sus actos. Ahora hay más publicidad del ciberacoso al hacerse por este medio, que ellos no controlan porque entienden, de forma errónea, que es un medio seguro para ellos, y encima el problema se agrava para la víctima porque las fotos o vídeos que cuelgan de él queda de por vida en internet, y los daños psicológicos son mayores".

Ante esto, Fernández señala que el primer paso para atajar el problema es la denuncia. Reconoce que las campañas de información están contribuyendo a tomar conciencia de que el acoso escolar o postescolar es denunciable, que es un delito perseguido de oficio, con unas consecuencias en fiscalía de menores firmes y patentes.

"Hay medios para atajarlos y hay que utilizarlos. El ciudadano tiene que saber que esos medios están a su alcance y con una simple denuncia las fuerzas y cuerpos de seguridad nos ponemos a trabajar, igual que los centros escolares donde pueden ocurrir, para combatirlo".

El jefe de la Unidad de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional informó que existen protocolos de actuación "rígidos y estrictos", tanto entre las fuerzas de seguridad como en el ámbito escolar, donde cualquier profesor o profesora, ante el mínimo indicio de que a un alumno se le está acosando o maltratando, tiene obligación de ponerlo en conocimiento de la dirección del centro y ésta a su vez de comunicado a los padres de la víctima, y de los acosadores.

"En cuanto el padre o la madre entienda que hay un problema, por mínimo que sea, no hay que dejarlo pasar. Para eso estamos y la respuesta es prioritaria e inmediata, tanto por parte del SAF (Servicio de Atención a la Familia) como nuestra como Unidad de Delitos Tecnológicos, porque el cyberbullying lo llevamos a medias con el SAF, dependiendo del medio, si es directo a través de telefonía, como es el caso del whatsapp actúan ellos, y si es a través de las redes sociales, nosotros, pero siempre hay una comunicación", indicó Fernández, y aclaró que tras la denuncia, la respuesta es "prioritaria e inmediata", al ser un hecho grave. "Es fundamental defender al menor, no podemos dejar pasar ni un solo día porque puede desembocar en una tragedia".