La incidencia de la gripe ha crecido ligeramente durante la segunda semana de marzo hasta los 189 casos por cada 100.000 habitantes, sin que se haya llegado al pico de la epidemia, con lo que estos signos de estabilización hacen pensar que se trata de una onda epidémica prolongada. Según el Sistema de Vigilancia de la Gripe en España, del 7 al 13 de marzo, se observa una evolución creciente de la actividad gripal en las redes de Baleares, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Madrid y Ceuta, y es estable o decreciente en el resto.

La intensidad de la actividad gripal se mantiene en un nivel bajo y la onda epidémica es de menor intensidad que la temporada 2014-15, si bien la circulación de virus de la gripe está ampliamente extendida por todo el territorio.