El volcán submarino de El Hierro sigue fertilizando el Mar de Las Calmas con constantes emisiones de metales bioasimilables que han provocado una explosión de vida en la zona, hasta el punto de que prácticamente toda la lava vertida por la erupción de 2011 está ya colonizada por organismos.

El Instituto Español de Oceanografía (IEO), las dos universidades canarias y el Museo de Naturaleza y el Hombre de Tenerife acaban de completar esta semana la tercera campaña del proyecto Vulcana (Vulcanología Canaria Submarina), destinada a "seguir exprimiendo" conocimientos científicos del volcán situado frente a La Restinga.

El director de estas campañas, el investigador del Instituto Español de Oceanografía, Eugenio Fraile, explicó ayer que todos los datos recopilados sobre el volcán de la isla de El Hierro, conforman ya la mayor serie científica disponible en el mundo sobre una erupción submarina, que en este caso abarca desde el periodo previo, los cinco meses de irrupción de la lava en los fondos marinos, hasta los cuatro años transcurridos desde entonces.

Los organismos españoles involucrados en las campañas Vulcano y Vulcana, así como el Centro Oceanográfico Helmholtz de Kiel (Geomar), de Alemania, han podido comprobar en las últimas semanas que el volcán sigue en proceso de desgasificación, en una fase que probablemente puede durar décadas y en la que sigue inyectando a los fondos marinos gases (fundamentalmente CO2), calor y compuestos de hierro bioasimilables. Son precisamente esos compuestos, que actúan a modo de fertilizante natural, los que han ayudado a que la vida regrese a los fondos marinos que arrasó la erupción con tanta rapidez y pujanza, que prácticamente ya no queda rincón entre los bloques de lava donde los organismos vivos no se hayan instalado.

"En la inmersión que hicimos hace unas semanas con el minisubmarino de Geomar comprobamos que toda la lava de 2011 está ya colonizada y nuestros especialistas en zooplancton nos dicen que en los alrededores del volcán este tipo de microorganismos tienen más abundancia, más tamaño y un color más intenso de lo habitual", apunta este científico del IEO, que ha participado en todas las campañas de investigación realizadas en la zona hasta la fecha.

Nueva batimetría

La tercera edición de las campañas Vulcana ha servicio además para completar una nueva batimetría (topografía submarina) del volcán, la más detallada de las 14 que se han realizado durante estos años.

Gracias a ella, el IEO, el Museo de la Naturaleza de Tenerife y las universidades de Las Palmas de Gran Canaria y La Laguna han podido construir un mapa tridimensional del volcán cuya resolución llega a identificar detalles de solo un metro. Fraile subraya que las inmersiones con el submarino de Geomar confirmaron que las emisiones de calor y gases del volcán se localizan cada vez en estructuras más pequeñas, por lo que los científicos necesitan disponer de mapas lo más detallados posible.

Además, el objetivo de estas campañas es trasladar todos los conocimientos adquiridos en El Hierro al estudio de las decenas de volcanes submarinos que existen en el entorno de Canarias, que hasta ahora han sido los grandes desconocidos de la vulcanología, añade.

El proyecto Vulcana, que arrancó el pasado año, liderado por el Instituto Español de Oceanografía, tiene una duración de tres años y permite la realización de dos campañas oceanográficas cada año al volcán de El Hierro y, por primera vez, también al volcán de Enmedio, situado entre Tenerife y Gran Canaria.

En estas campañas se lleva a cabo la monitorización de las propiedades físico-químicas, biológicas y geológicas del proceso eruptivo submarino de El Hierro y del volcán de Enmedio, dando continuidad así a la primera y única serie temporal de datos multidisciplinares de un volcán monogénetico submarino en aguas españolas y comprobando por primera vez la actividad del volcán de Enmedio detectado por primera vez en los años 90.

Desde el inicio de la crisis volcanológica, que dio comienzo el 19 de julio de 2011, el volcán submarino de El Hierro se ha convertido en un laboratorio natural para el estudio del efecto de los cambios ambientales en los ecosistemas marinos y los principales resultados de estas campañas se han publicado en algunas de las editoriales científicas más prestigiosas a nivel mundial como son Nature o PLoS ONE.