La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista

"La emigración es el negocio más lucrativo que tienen ahora las mafias"

"Algunos niños llegan solos porque los padres no pueden pagar el viaje, y son víctimas en la playa de otros grupos", señala Jorge Luis González, bombero del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria

¿Cómo es la situación que se ha encontrado?

Esto es un auténtico drama. Se han llevado a miles de personas de aquí. Acabamos de despedir al ultimo ferri que salió hoy -ayer por la tarde-. Es una maniobra de distracción, porque se los han llevado a todos, dicen que los trasladan a otro lugar dentro de Grecia, pero...

¿El grupo con el que colabora ayudando a todos estos refugiados sirios que tratan de llegar a Europa es muy grande?

La labor de Proactiva es tratar de ayudar en las labores de rescate de barcos neumáticos, de cuidar su seguridad y tratar de evitar que se ahoguen. Y bueno, garantizando en el mar que el trato sea el adecuado por parte de las autoridades oficiales, porque a veces no lo es.

¿Cuántos días lleva colaborando en Grecia?

Llegué el 8 de marzo y vuelvo mañana (hoy). Proa Activa trabaja con turnos de 15 días. Y aquí en el puerto hay todo tipo de organizaciones. Hay gente que ha venido por libre, y ayudamos con comida, ropa, dándoles todo lo que pueden necesitar.

¿Había estado en alguna experiencia similar anterior?

En una zona tan caliente, no. He estado en Filipinas en una expedición médica; y en Perú también, en proyectos de desarrollo con bomberos y con casas de acogida. Pero en algo tan caliente y tan potente como esto, no.

¿A cuántas personas puede estar ayudando a diario ahora? ¿Ha disminuido el flujo de personas con el paso tiempo, o es una falsa apariencia visto desde la distancia?

Bueno, ha disminuido, pero no porque se haya acabado la gente, porque ellos siguen huyendo de la guerra. El problema es que Europa y los países han ido parando esto. Porque hay barcos enormes y helicópteros, y todo tipo de mecanismos para que no sigan cruzando. Es la presión de la gente. Pero se les frena y se les devuelve sobre la marcha. Al principio, los pioneros de Proactiva Open Arms nos dicen que podían atender de 70 barcos y hasta ciento y pico barcos en un día. Era uno detrás de otro y son dinguis, que son embarcaciones neumáticas muy frágiles, en las que pueden venir 80, 90 o 100 personas a bordo, amontonadas. Cada uno paga entre 800 y 1.000 euros, todo manipulado por las mafias. Venían niños empapados, con un frío horrible, niños solos, porque los padres no pueden pagar el pasaje de toda la familia y los envían a ellos solos.

¿De qué edad podemos estar hablando?

Tres, cuatro o cinco años, y hasta una niña de ocho años con un bebé en las manos.

¿Se los dan en custodia a alguien que va en el grupo que conocen, o vienen completamente solos?

Los metes en el barco, y cuando se bajan se les ve solos deambulando por la playa. Y aquí son víctimas de otro tipo de mafias, que no quiero contar.

¿Encuentran muchos de estos casos?

Sí. Eso es muy normal. Verlos en la playa. Y muchas veces los lanzan literalmente. A veces vienen barcos grandes o los mismos dinguis con 200 personas o más a bordo, y de repente se empiezan a hundir, y obviamente, en nuestras embarcaciones no caben todos a la vez, y los padres piensan que se van a ahogar y lanzan a los niños literalmente por encima de nosotros. Se dio el caso de un niño que voló y cayó en la borda. Y de una madre que te pone el niño en los brazos y no la vuelves a ver.

Ha conocido la información que llega a Canarias y también la realidad dentro de ese punto caliente. ¿Hay mucha diferencia entre una y otra? ¿Desconocemos la verdad?

Estamos totalmente fuera de la realidad. Y alguien se encarga de que estemos fuera de la realidad. Esto es dramático. Para que te hagas una idea está la fotografía de los miles de chalecos que hay amontonados en un vertedero. Eso es solo una parte. Porque en toda la isla hay chalecos. Y se utilizan en los campos de refugiados para hacer mochilas, y todo tipo de utensilios necesarios. Estas mochilas que les dan las mafias casi nunca flotan. Por lo cual, cuando se hunden los barcos, también lo hacen ellos.

¿Es ahora mismo uno de los negocios más lucrativos de las mafias internacionales?

Yo diría que es el más lucrativo ahora mismo. Además, muchas de las personas que se suben a las embarcaciones nunca han visto el mar. Y la gente compra los pasajes sin saber. Se les ofrece el salvamento, el alojamiento y el servicio, como si fuera parte de las mafias. Entonces cuando llegan a las playas, y ven lo frágiles que son los dinguis, y les dicen que se suban ciento y pico persona para una embarcación en la que sólo caben 15 o 20 personas, pues se niegan. Y se les obliga a subirse.

¿Cuál es la historia más impactante que ha podido vivir en estas semanas?

Nos han contado historia de verse sin medios con muchas personas ahogándose, e intentando coger a los niños, con el drama de pensar a quién tratas de salvar entre todas las personas que había en apuros. Auténticos dramas. Ellos vienen con ropa muy gruesa, que cuando se moja es muy pesada. Y sin saber nadar. De día, de noche, y en cualquier circunstancia. Cada historia supera a la anterior.

Ahora que se habla tanto de los procesos de repatriación, y de su discusión política, ¿cual sería su postura, ahora que lo vive desde el punto caliente desde el puerto de entrada a Europa?

Mi respuesta me la voy a reservar. Nosotros hemos venido aquí y nos entregamos en cuerpo y alma a esta causa, y el resto me lo voy a guardar.

No sé cómo estarán ahora las relaciones con la autoridades. Al principio había una buena colaboración, hasta que fueron apresados dos bomberos españoles acusándoles de tráfico de personas. Desde entonces, ¿la situación se ha reconocido, o no?

Las relaciones son un tema delicadísimo. Y Proactiva trata de mantener las relacione a otros niveles para favorecer el trabajo. Ellos tienen órdenes de hacer cosas que pueden ser ilegales, porque no nos quieren ver, y continuamente estamos mantenimiento un pulso.

¿Trabajan más en tierra o dentro del mar?

Proactiva en particular trabajamos en el mar, con embarcaciones de rescate y lidiando con las autoridades, porque no siempre quieren que estemos ahí, y al límite con la frontera de Turquía. Solo se sobrepasa si hay naufragio y después de pasar por negociaciones. A veces vemos el naufragio, y nosotros negociando, cuando por ley deberíamos estar ahí.

Es muy distinto cómo yo veo las cosas desde aquí, y cómo las ven los de arriba, que son los que deciden de verdad, creo que solo se puede ayudar con pequeñas iniciativas personales. Por eso estoy aquí.

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