Como ocurre cada último fin de semana de marzo, la pasada madrugada las manecillas del reloj adelantaron una hora, de la 1.00 a las 2.00, dando entrada así al horario de verano, que busca ganar más tiempo de luz al día, con el consiguiente ahorro energético. Esta medida, que se generalizó con la crisis del petróleo de los años setenta, que hizo saltar las alarmas respecto al consumo de energía, tiene como objetivo precisamente reducirlo

No es, en todo caso, una medida pacífica. Desde distintos flancos se ha puesto en cuestión su idoneidad, aduciendo diferentes efectos negativos. Así, ayer la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles volvía a manifestar su oposición al cambio de hora, ya que, a su juicio, esta medida perjudica a la sociedad al tiempo que defienden que continuar con el horario actual supone regresar al meridiano de Greenwich a un coste cero.

"Vamos a seguir pidiendo que no cambie el horario porque es bueno para todos y porque realmente tiene un coste cero", asegurado Belén Ferrer, de la Junta directiva de Arhoe. Según la asociación, de no producirse el cambio, se lograría que España volviera a regirse por el huso horario que le corresponde por situación geo-gráfica, el del meridiano de Greenwich.

Ferrer destacó que en este ultimo ejercicio se han producido "avances", principalmente por parte del PP, PSOE y Ciudadanos. "para adaptarse al uso solar correspondiente a la ubicación".