El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez (CC), junto a PP, PSOE e IU, han reclamado a la empresa encargada del comedor del albergue municipal que readmita a una empleada que fue despedida por llevarse 150 gramos de queso y tres panes para la merienda sus hijas.

Según ha publicado el periódico tinerfeño "Diario de Avisos", la empleada, de 34 años y madre de dos hijas, trabajaba a media jornada en el Centro Municipal de Acogida de la capital tinerfeña, por lo que percibía 400 euros, y hasta el mes pasado residía en una chabola que fue derribada por el Ayuntamiento.

Al parecer, el 11 de marzo cuando acababa su turno, a las 21.00 horas, la mujer cogió 150 gramos de queso gouda de la cámara de refrigeración, así como tres panes de 60 gramos del almacén del albergue, lo que le recriminó una compañera de trabajo que, a su vez, lo comunicó al encargado.

La trabajadora ha sido despedida por abusar "abiertamente" de la confianza de la empresa, que le ha aplicado un despido disciplinario.

La carta de despido está firmada por la jefa de relaciones laborales de la empresa Serunion, la entidad a la que ha encomendado la gestora del albergue, Grupo 5, los servicios de contratación del personal del comedor, según relata el rotativo tinerfeño, que indica que la trabajadora ha admitido que se llevó el queso y el pan para la merienda de sus hijas.

Estos hechos han llevado al alcalde de la ciudad, el nacionalista José Manuel Bermúdez, y al concejal de Asuntos Sociales, Óscar García (PP), a reclamar a Serunion la readmisión inmediata de la trabajadora por considerar la situación "inadmisible".

Serunion asegura en un comunicado que la decisión de despedir a la "colaboradora", como califica a la empleada, se decidió "tras registrar acciones similares y reiteradas en el pasado por parte de la misma trabajadora" y subraya que ya había sido avisada y sancionada por distintos hurtos en el pasado.

También el portavoz municipal del PSOE, José Ángel Martín, ha calificado los hechos de "gran injusticia" y un castigo "desproporcionado y perjudicial", pues empeora aún más la situación personal "de alguien que no lo está pasando bien".

A su vez Izquierda Unida ha reclamado su readmisión y rechaza frontalmente "el tono y los modos" utilizados en la carta de despido de la mujer, que además vive "en una grave situación de exclusión social".