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Entrevista a Guillermo Pérez Sánchez

"Europa tenía que aceptar a los países del Este tras cuatro décadas de dominio"

"La URSS privó a diez naciones que tenía bajo su poder de avanzar a la par que Europa Occidental", asegura el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Valladolid

El catedrático Guillermo Pérez, ayer en el museo León y Castillo de Telde antes de su conferencia. JOSÉ CARLOS GUERRA

Dentro de la temática de esta edición del curso, ¿en qué aspectos centra su intervención?

Es un balance de lo que supuso la transformación de Europa del Este, incluida la URSS, desde 1989 y en especial desde 1991 cuando esta se desintegra. La conferencia va sobre la propia URSS, el tema yugoslavo y la situación de Ucrania en función del papel que quiere desempeñar Rusia en la actualidad. La reflexión sobre la Europa del Este en la Posguerra Fría con los comunistas, la transición y la integración en la Unión Europea. Mi conferencia consta de cinco puntos y un prólogo donde explico cómo existió un exilio de la Europa del Este en el ámbito occidental que mantuvo firme la esperanza de que se produzca el colapso del socialismo existente.

¿En qué consisten esos puntos principales que conforman su ponencia?

Hablo de cómo se reprodujo el colapso del socialismo existente en la Europa soviética sabiendo que había un mal desarrollo económico crónico y del carácter de la triple transición en la Europa sovietizada, muy importante para los españoles y para ámbitos como el sudamericano. También, de la evolución de esta triple transición, lo que ocurre entre 1989 y 1991 en Polonia donde Solidaridad va atener protagonismo, o la República Democrática de Alemania que desde la caída del muro de Berlín irá hacia la unificación en menos de un año. Lo que ocurre en Checoslovaquia, Hungría, Rumanía, Bulgaria y algo sobre la Europa Báltica y Yugoslavia. Para finalizar, trataré el retorno a Europa de los antiguos países del Este sovietizados que van a formar parte, de nuevo, de las naciones europeas.

¿Cómo de importante cree que fue la incorporación de los países que nombra dentro de la Unión Europea?

Creo que con estos países había una deuda histórica y que estos, tras el final de la Segunda Guerra Mundial, quedaron bajo la órbita de la Unión Soviética. Nada se había predicho de que fueran a ser sovietizados y fue el afán expansionista de la Unión Soviética el que llevó a cabo esa situación que privó a estos diez países de alcanzar y recorrer su camino al mismo tiempo que los demás países de la Europa Occidental. Sufrieron cuatro largas décadas de dominio soviético y comunista y, por lo tanto, cuando cae el muro de Berlín, se desintegra la URSS y se ve que es irreversible, la Unión Europea no podía hacer menos que aceptar a estos países tras la fatalidad histórica que les ocurrió, facilitando su incorporación para su seguridad y estabilidad.

¿Qué beneficios considera que obtienen los países que entran a formar parte de ella?

Quedan muy pocos que tengan que incorporarse, sólo Noruega, que es un país que ha estado dos veces cerca de entrar, pero después de dos referéndum sus ciudadanos, por muy poco, decidieron estar en otro ámbito. También algunas antiguas repúblicas yugoslavas como Montenegro, Macedonia y Serbia, o Albania. Países en el ámbito de que se vinculen, porque para ellos será genial por la estabilidad política, económica y social, conformando ese proceso tan importante en la historia de las relaciones internacionales.

¿De qué manera afecta lo ocurrido en la historia, expuesto en su disertación, en las relaciones internacionales actuales?

Lo que empezó a ocurrir en Europa a partir de que acaba la Segunda Guerra Mundial, en clave de integración sobre todo, es de fundamental importancia, porque los padres de la integración europea van a fundamentarla en tres ideas claves que son la paz entre europeos, el bienestar socioeconómico de los pueblos y el buen gobierno democrático. Estas ideas van a impulsar el proceso de integración europeo y, paulatinamente, después del 89, los países del Este se va a sumar también a esto para hacer bueno en sus territorios lo nombrado. Parafraseando a Voltaire, si no existiera la Unión Europea habría que inventarla por lo especialmente significativa, relevante y beneficiosa que ha sido desde 1950 hasta nuestros días. Años de trabajo en el ámbito europeo que marcan la etapa más larga en Europa sin conflictos generalizados.

¿Cuál es su opinión sobre el transcurso que han cogido los acontecimientos históricos que destaca en su charla?

Creo que los que apostaron por la integración de los países del Este lo más rápido posible, acertaron, porque había otras voces de intelectuales, profesores o políticos que decían que había que hacer esto más despacio. Opinaban que la rapidez podía significar la quiebra de la integración europea o podía afectar la profundización institucional, pero nada de eso ha pasado y tiene que quedar claro y se tiene que resaltar la deuda histórica que Europa Occidental tenía con las naciones europeas del Este, que muy en contra de su voluntad se vieron sometidas. Esto ha sido muy importante y ha justificado la existencia de la Unión Europea, un proceso en el que prácticamente toda Europa lleva el color de la bandera europea.

Es la tercera vez que participa en estos cursos de historia y relaciones internacionales, ¿qué opina sobre la celebración de jornadas de este tipo?

Creo que es una cuestión de fundamental importancia. La universidad tiene que salir a la calle, colaborar con entes de la sociedad civil distintos del ámbito académico como son las clases regladas de los grados, de máster, doctorados o seminarios internos, porque también la universidad tiene que visualizar ante la opinión pública que tiene profesores expertos para compartir con la sociedad civil y este un claro ejemplo. Hay que felicitar a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, también a la Casa Museo León y Castillo y, sobre todo, al doctor Javier Ponce Marrero, director del evento.

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