Como cada mañana desde hace diez días, Severo Sánchez, de 90 años, espera en su casa del barrio de Las Torres a un equipo multidisciplinar del Hospital Doctor Negrín, integrado por médicos, enfermeros y fisioterapeutas. Al llegar a su domicilio, la médico de familia revisa los datos de la última noche anotados por la hija, la enfermera comprueba sus constantes vitales y el fisioterapeuta le realiza un masaje para mejorar la respiración.
Todas las actuaciones sanitarias se realizan en el salón de su propia casa, aunque Severo, afectado por una infección respiratoria, realmente se encuentra ingresado. La diferencia es que, en vez de estar hospitalizado en un centro sanitario, el ingreso es en su vivienda donde está rodeado por toda su familia.
La Unidad de Hospitalización a Domicilio del Hospital Doctor Negrín, puesta en funcionamiento en el año 2007, atiende cada día a 22 pacientes ingresados en sus domicilios. Es una de las cinco unidades de este tipo que hay actualmente en Canarias y que se dirigen, especialmente, al paciente anciano crónico y pluripatológico. El perfil del usuario es de un hombre o mujer de más de 75 años de edad, que ingresa con frecuencia en el hospital y que acude en múltiples ocasiones a los servicios de Urgencias.
El caso de Severo coincide con el perfil. Con 90 años de edad, han pasado tres décadas desde que se hiciera por primera vez una traqueotomía. Una infección respiratoria lo mantuvo ingresado a principios de mes, durante seis días, en el Hospital Doctor Negrín, hasta que su familia solicitó el traslado a su domicilio. Desde entonces, lleva diez días en su domicilio, recibiendo asistencia cada mañana de uno de los tres equipos que conforman la unidad.
"El hospital es cómodo para el paciente, pero incómodo para el acompañante. He estado seis días con sus seis noches en el hospital acompañando a mi padre y no tenía un baño al que ir", critica Araceli Suárez, hija de Severio, que controla el estado de salud su padre con gran precisión. Pese a que, en un primer momento, la asistencia a una persona mayor con tantas complicaciones en casa puede ser visto como una carga para sus familiares, Araceli opina todo lo contrario.
"Para mí la asistencia es muy fácil. Además, es una ventaja porque mi madre tiene demencia y así puedo cuidar de los dos. Desde que está en casa mi padre ha mejorado muchísimo. Hay que perder el miedo sobre los asuntos sanitarios y hay que colaborar con la sanidad pública. Si mi padre está en casa, significa que hay una cama libre más en el hospital para otro paciente", señala con gran generosidad.
La casa de Severo es la primera que visitaron ayer los profesionales que forman parte del equipo coordinado por la médico de familia Guaxara Mendoza, que trabaja desde hace siete años en dicha unidad del Negrín. "El caso de este paciente es de una patología crónica, ingresó en el hospital por una infección respiratoria y lleva 10 días ingresado en el domicilio, donde ha finalizado el tratamiento. En estos casos se recomienda la alternativa del ingreso en domicilio, porque en el hospital podría haber cogido otra infección", apunta la médico tras comprobar el estado de salud del paciente nonagenario.
Cada mañana, a primera hora, todos los integrantes de la unidad del Negrín acuden a una reunión en la que realizan una sesión clínica donde se valoran a los pacientes. Posteriormente, divididos en tres equipos, los sanitarios visitan a los 22 pacientes que tienen ingresados en sus hogares.
Una alternativa que, según los profesionales, es beneficiosa para los pacientes, que se sienten más a gusto siendo atendidos en su casa, y para el sistema sanitario, ya que alivia la presión asistencial de ciertos servicios, como Urgencias, y conlleva un importante ahorro económico.
"Diariamente visitamos 22 domicilios. Tenemos 22 pacientes ingresados que si no estuvieron en esta unidad, estarían ingresados en el Hospital Doctor Negrín, con lo cual son 22 camas utilizadas como alternativa a la hospitalización convencional", explica Miguel Ponce, jefe de la Unidad de Hospitalización a Domicilio del Hospital Doctor Negrín y presidente de la Sociedad Canaria de Hospitalización a Domicilio.
Ponce explica que las patologías más frecuentes que padecen los pacientes tratados con esta modalidad son las cardiorespiratorias, aunque también hay enfermos quirúrgicos con heridas complejas, procesos infecciosos crónicos, así como pacientes hematológicos y oncológicos. "Fundamentalmente son unidades dirigidas a la población anciana, con la finalidad de acortarles la estancia en el hospital y poder terminar el proceso agudo en su domicilio, o bien para evitarles un ingreso cuando acuden a los servicios de Urgencias", subraya Ponce.
No en vano, según un estudio publicado en la revista Medicina Clínica, este tipo de unidades reducen hasta en un 55% las visitas a Urgencias de los pacientes ancianos y crónicos. Además, disminuyen entre un 5% y un 10% los ingresos hospitalarios y la estancia en el hospital en hasta tres o cuatro días. Asimismo, es importante señalar que los pacientes mayores de 85 años acuden diez veces más a los servicios de Urgencias que la población general, debido entre otras cuestiones, a la cronicidad de las patologías.
El doctor Miguel Ponce explica que los pacientes suelen estar ingresados en sus domicilios unas dos semanas de media, un período que varía en función de la evolución de cada paciente. En el caso de que el paciente no evolucione favorablemente, sería trasladado al hospital e ingresaría en una cama convencional. Actualmen-te la Unidad de Hospitalización a Domicilio del Negrín está compuesta por cuatro facultativos especialistas multidisciplinares (dos médicos internistas, una médico de familia y un neumólogo), cinco enfermeras, un fisiotera- peuta y un administrativo, que cuentan con un coche del hospital con un conductor.
Mientras que los equipos salen a las visitas, un médico coordina desde el hospital todas las interconsultas, que provienen de Urgencias, medicina interna, neumología, servicios quirúrgicos, entre otros. Tras recibir las interconsultas el médico acude a valorar si esos pacientes pueden ingresar con esta modalidad asistencial y, especialmente, si cuentan con familiares que convivan con ellos. "Este tipo de servicio no funciona si no hay una familia que nos apoye, que esté al lado de su familiar", subraya el neumólogo. "Les explicamos cómo funciona y que debe de existir un consentimiento previo porque es una opción que se les da. La acogida es francamente buena, con el paso de los años es cada vez mejor. En la última encuesta, del año pasado, el 95 % decía que si volvieran a ingresar en el hospital, elegirían esta alternativa hospitalaria", celebra Ponce.
