La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) colaborará en un proyecto europeo que estudiará los remolinos oceánicos existentes al sur del archipiélago, que permiten aflorar los nutrientes de las aguas a la superficie, lo que favorece la producción de plancton y la pesca.

Según ha informado este lunes la ULPGC en un comunicado, el proyecto será desarrollado por el Centro de investigación alemán Geomar y, junto a la ULPGC, participará la Plataforma Oceánica de Canarias.

Uno de sus propósitos del estudio es generar de forma artificial un prototipo que actúe como remolino para trasladar a la superficie el agua que se encuentra a 400 metros de profundidad.

El proyecto está liderado por el investigador Ulf Riebesell, que dispondrá de 2,5 millones de euros del Consejo Europeo de Investigación para, en cinco años, llevar a cabo este trabajo, que podría contribuir al desarrollo de la pesca y la acuicultura sostenibles.

"Ocean artUp" es el nombre del proyecto que intenta aplicar en los denominados "desiertos oceánicos", pobres en nutrientes permanentes que cubren casi el 40 por ciento de los mares, para favorecer la producción de alimentos y contribuir al desarrollo de la pesca y la acuicultura sostenibles.

Además, este afloramiento forzado de aguas profundas se podría utilizar para producir energía renovable e incluso podría ser utilizado como un posible mecanismo para el almacenamiento de dióxido de carbono en las profundidades del océano.

El proyecto "Ocean artUp" proporcionará el primer conjunto completo de datos para evaluar los beneficios y riesgos de las diferentes aplicaciones del afloramiento artificial.

Por parte de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria participarán varios investigadores del Instituto de Oceanografía y Cambio Global (Iocag), que han mantenido colaboraciones en el pasado reciente con Riebesell.

Previsiblemente, el proyecto se iniciará en 2018 y combinará el trabajo experimental en mesocosmos con un campaña oceanográfica.

Una de las actividades más importantes del proyecto es la construcción de una bomba (wave-pump) que succiona agua de profundidad, impulsada por el movimiento del oleaje, con el fin de poder estudiar loa efectos de la fertilización inducida.

Según Riebesell, "hasta el momento se sabe muy poco acerca de los posibles efectos de este afloramiento forzado sobre la vida marina y los ciclos biogeoquímicos", por lo que este estudio "será clave para entender si esta intervención en el complejo ecosistema marino es ecológicamente sensible y económicamente viable", indica la nota.

Geomar es una de las instituciones líderes en el campo de la investigación marina en Europa y pertenece a la Asociación Helmholtz de Centros de Investigación de Alemania y tiene como tarea principal el estudio de los procesos químicos, físicos, biológicos y geológicos en el océano y su interacción con el fondo del mar y la atmósfera, añade la nota.