El restaurante La terraza de Thomas, del Hotel Santa Catalina, presentó ayer su nueva carta para la temporada de primavera-verano, propuesta que el chef Thomas Leeb puso de largo para un grupo de periodistas y connoisseurs gastronómicos, que pudieron disfrutar en primicia de su nueva remesa de creativos platos. Acompañaron a los invitados en este almuerzo el director del hotel, Alejandro Domínguez, y Manuel Padrón, presidente del consejo de administración de Hotelera Nueva Canaria, concesionaria de la explotación del Santa Catalina.
Leeb preparó para la degustación una serie de meditadas combinaciones de sabores, sugerentes disposiciones llamadas a contrastarse en el paladar de los comensales. Unos sabores enmascaraban levemente a otros, los reforzaban o descubrían en ellos nuevos matices, en un juego que se iba enriqueciendo escala tras escala del trayecto gastronómico propuesto por Thomas. Además, cada plato vino acompañado de su correspondiente vino, reforzando así la experiencia gustativa, a modo de pinceladas que iban sumando hasta componer un lienzo final.
Abrieron el menú una anchoas de L'Escala con tartar de tomate y aguacate. El sabor de este último envolvía el de las anchoas de manera sugerente. A éstas siguió un queso de cabra asado con bacon y miel de caña.
Los siguientes dos platos incursionaron en la paleta de sabores que brinda el mar: un carpaccio de gamba blanca de Huelva con piñones y la ensalada de langosta con rábano.
Leeb dio paso a continuación a la inspiración gastronómica italiana con un vitello tonnato que sirvió de antesala a la que fue una de las propuestas más celebradas de la carta: el arroz crujiente con setas de temporada.
Pasado ya el ecuador del menú, los comensales fueron devueltos por Leeb a los sabores del mar gracias a una lubina a la pimienta verde, que sirvió para enfilar ya la recta final de la nueva carta gastronómica.
Cochinillo asado con naranjas, cebolleta y soja despejó el camino al postre, el Ferrero Rocher del Santa Catalina, que dejó el más dulce sabor de boca en los comensales. La implicación de Thomas Leeb fue más allá de los mera elaboración gastronómica, pues el chef presentó con mimo a los convidados cada plato, ofreciendo detalles de su elaboración y de los ingredientes que entran en juego en su composición. Así, las sensaciones gustativas se pudieron beneficiar de esta suerte de glosas o apostillas que enriquecieron y contextualizaron el conocimiento del nuevo menú de primavera-verano.
Thomas Leeb se hizo cargo de los fogones del Santa Catalina en mayo del 2015, cuando recibió la llamada para dirigir ponerse al frente de la cocina de la emblemática instalación hotelera capitalina. Su compromiso con este reto y su quehacer gastronómico tienen su mejor expositor en la cocina de autor que ofrece en La Terraza de Thomas.
Criado en el seno de una familia dedicada a la hostelería durante varias generaciones, Thomas se inició en el arte culinario siendo aún un niño, ayudando a su madre a preparar los típicos platos de su tierra natal, Austria. La experiencia que le han brindado los años le ha permitido enriquecer esa vocación inicial hasta redondear una propuesta que hoy bebe en muchas geografías.
