El periodista José Naranjo, galardonado con el Premio Canarias de Comunicación 2016, considera que cuando las historias "te llegan", la única forma de contarlas bien "es estando allá donde pasen o lo más cerca posible" y opina que vale la pena comprometerse con las historias diferentes que presenta África.

Naranjo, en una conferencia en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna, narró los comienzos de su inquietud por África y su empeño por contar historias "diferentes" del continente vecino y señaló que las "cuitas" africanas son también las de Canarias.

El periodista afirmó que no podía explicar desde las costas de Canarias la llegada de las primeras pateras a Lanzarote y Fuerteventura en la década de los noventa, ni las historias de esas personas, porque tenían un origen que le era desconocido.

Las migraciones cuentan el desequilibrio del mundo, según el periodista canario, y conforman una de los grandes relatos "de nuestro tiempo", por lo que comenzó a visitar África con regularidad hasta que en 2011 se instaló definitivamente en Dakar.

Desde entonces, Pepe Naranjo aprendió a recurrir al "esfuerzo del periodista" para desentrañar las historias siempre complejas que ha cubierto, y a no cometer errores como el suyo de llegar a África "con el titular puesto".

Uno de sus primeros trabajos fue la cobertura de las elecciones senegalesas de 2012, en la que comprobó cómo los africanos, al contrario de lo que se piensa, sí saben valerse por sí mismos.

Ese mismo año informó de las revueltas tuareg al norte de Mali junto a grupos yihadistas, su primer contacto con un conflicto en el que la gente siempre le protegió de ser un "botín fantástico" para los terroristas.

Cubre todavía el terrorismo de Boko Haram, "uno de esos conflictos olvidados" que aparece y desaparece en los medios de comunicación pese a haber provocado más de 30.000 muertos desde 2002.

Su peor experiencia, sin embargo, la vivió tras las revueltas de Mali, en un centro de recuperación nutricional en Níger, cuando una niña de 15 días en estado crítico murió pocas horas después de haberla conocido junto a su madre, también desnutrida.

Esto llevó a Naranjo a replantearse si el trabajo de un periodista vale para algo, si son realmente capaces de cambiar el mundo, y a considerarse "un corresponsal de paz, no de guerra".

África concentra el mayor número de refugiados del mundo, recuerda el periodista, pero los africanos rechazan trasladarse a los campos de acogida porque, además de ser objetivo de Boko Haram, no quieren perder su identidad, elemento muy importante para ellos.

Naranjo finalizó con una reivindicación de los periodistas, la materia prima fundamental de la información y los únicos que pueden contar bien las historias, y lamentó que muchos medios estén prescindiendo de ellos.

El rector de la Universidad de La Laguna, Antonio Martinón, mostró su satisfacción por compartir un rato con el Premio Canarias de Comunicación, un reconocimiento a la carrera "singular, valiente y comprometida" de Naranjo, y le agradeció su rebelión frente al sufrimiento de tantos seres humanos.