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Entrevista

Mary Beard: "La actitud ante el amor o el sexo es muy diferente entre nosotros y los romanos"

"Iría mejor las cosas si los políticos leyesen más sobre cualquier cosa", afirma la historiadora y premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales

Mary Beard. A. G.

Lejos de encerrarse en un despacho universitario, usted practica la columna en prensa y tiene un blog. ¿Qué le aporta ese contacto cotidiano con la realidad de su tiempo?

Pienso que quienes nos dedicamos al mundo académico tenemos el deber de contribuir a la mejora de nuestra sociedad en la mayor medida en la que podamos. Yo trato de hacerlo.

Tiene fama de ser implacable con malas traducciones o libros inexactos.

¡Oh, ya lo creo que sí! No espero que todo el mundo sepa latín y griego, pero sí me gustaría que la gente sí tuviese a su alcance la posibilidad de aprender esas lenguas. Si vamos dejando pasar los errores de traducción, llegará un momento en el que la enseñanza perderá rigor.

Le molesta que los clásicos sean tratados a la ligera por autores poco rigurosos...

Sí. Pero siempre me agrada que la gente se interese por los clásicos.

Usted ha destacado siempre el sentido del humor de personajes que la Historia nos presenta muy solemnes. Pensamos en Augusto, por ejemplo.

Sí, y Cicerón también. Nos lo imaginamos como muy pomposo y serio, pero entre los romanos tenía fama de ser el hombre más divertido del mundo.

¿Saber latín y griego sigue siendo un sello de buena educación, una forma de entrar en una élite sociocultural británica, o eso se está perdiendo?

Pienso que un buen sistema educativo debería dar la oportunidad de aprender latín y griego. Tampoco considero necesario que todo el mundo deba hacerlo. Y no creo que una mera asignatura propicie la entrada en la élite.

¿Sabe más la gente común de los clásicos de lo que piensa?

Sí, a menudo dicen que no saben nada, pero conocen muchas más cosas de las que creen. Han visto Gladiator y Espartaco.

¿De dónde viene la fascinación de los romanos por el sexo extremo, como usted lo llamó en cierta ocasión, de Leda y Zeus camuflado de ave?

Es difícil de decir y, de hecho, es algo que comparten con los griegos. Pienso que de alguna manera exploraban al máximo la naturaleza humana de las relaciones entre hombres y mujeres, entre hombres y dioses, a través de esas historias transgresoras.

¿Nuestros dilemas son iguales que los que afrontaron los romanos?

Algunos sí lo son. Especialmente en lo que atañe a las libertades civiles, el papel de la ley y los derechos de los ciudadanos.

¿Existía un equivalente a Twitter o Facebook en la Antigüedad?

¡Los grafitis en los muros!

¿Irían mejor las cosas si nuestros políticos leyeran más a Horacio?

Irían mejor si los políticos leyesen más sobre cualquier cosa.

¿El cine ha hecho mucho daño a la hora de crear estereotipos? Por ejemplo, Nerón o Claudio.

Sí, pero también hace a las personas interesarse por el mundo antiguo. Creo que necesitamos esos estereotipos para mostrar a la gente que los hechos son aún más interesantes.

¿Es verdad que la calvicie obsesionaba a los romanos?

Ciertamente hacían un montón de bromas sobre esa cuestión. Julio César trató de disimular la calvicie con la corona de laurel.

No existiendo el concepto del amor y el pecado como lo entendemos ahora, ¿se enamoraban y tenían remordimientos?

Pienso que las actitudes ante el amor y el sexo eran significativamente diferentes entre nosotros y los romanos, simplemente. En parte por la presencia del cristianismo en nuestra sociedad.

¿Hay indicios de que nuestro mundo actual empieza a parecerse a la decadencia del Imperio romano?

A la gente le gusta decir eso, pero yo no considero que sea así.

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