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Entrevista

"Los padres están acomplejados por el exceso de información"

"Debemos divertirnos al educar y asumir que no somos perfectos. Una actitud positiva ayuda con los hijos", destaca el periodista y escritor Carles Capdevila

Carles Capdevila.

Licenciado en Filosofía y Periodismo, Carles Capdevila (Barcelona, 1965) compagina su labor como director del periódico ARA con el blog Educar con humor en el que habla de su particular visión sobre la paternidad y la educación.

Tras 19 años de experiencia en paternidad, ¿a qué conclusión ha llegado?

Mi conclusión es que los padres y madres de hoy en día estamos fatal. Andamos estresados, despistados y estamos sobreinformados. Tenemos la suerte inmensa de contar con muchos métodos y expertos, lo que a veces hace que perdamos espontaneidad o el sentido del humor. Los padres motivados e informados están más acomplejados y asustados, en vez de estar felices, estables y animados. Necesitamos desfogarnos y compartir todo lo que hacemos mal, asumir que no somos perfectos y divertirnos educando. Creo que la educación es posible y además es divertida.

¿Cuáles son los cinco sentidos que componen la base de su manera de educar?

El primero es el sentido común. Los niños se merecen unos padres felices que no tengan miedo a decir 'no' y que estén convencidos de lo que hacen. Otro es el sentido del ridículo porque muchas de las cosas que hacemos, no se sostienen por ningún lado. Somos un poco patéticos, sobre todo, en el tema de la sobreprotección. El tercer sentido es el del deber, que se refiere a que educar es obligatorio. Es una decisión importante y no tenemos derecho a quejarnos de que educar es complicado porque nos lo hemos buscado nosotros. El sentido moral se refiere a educar en valores. No hace falta hacer muchos sermones, lo necesario es poner en práctica esos valores. El último es el sentido del humor, necesario para que la educación no sea una cosa tan pesada. Educar es difícil pero también es divertido. Si nos divertimos educando, seguro que nos saldrá mejor que si lo hacemos estando todo el rato preocupados y angustiados.

¿Cuál es la misión de los padres?

Educar es espabilar a los hijos pequeños e intentar controlar a los grandes. A los pequeños hay que acompañarles y encarrilarles, lo que no significa estar encima porque educar implica confiar y no vigilar. Hay que ir dándole responsabilidades pero estando a su lado y si se cae, ayudarle a levantarse. Hay que asumir que los niños se tienen que caer, ensuciar, experimentar, fracasar... Por ello, me preocupa mucho la sobreprotección porque significa todo lo contrario a educar. Los hijos necesitan tener un margen para hacer de niños.

¿Espabilar, controlar y divertirse es la misión más simple que los padres suelen olvidar por el exceso de información?

¡Sí! La sociedad ha cambiado mucho. Antes los padres tenían muchos hijos y ahora son los hijos que tienen muchos padres. A veces lo queremos hacer tan bien, que no nos sale porque estamos demasiado encima del niño. Ponemos demasiada presión. Si nos obsesionamos, no podemos ser buenos padres porque carecemos de la espontaneidad, de la naturalidad y de la distancia necesaria que necesitan ellos para respirar. Un padre no puede estar encima de los hijos, debe estar al lado.

¿Es importante ser flexibles a la hora de educar en vez de repetir las cosas cien veces?

Es importante ser flexible. Para educar necesitas amor, un aprecio incondicional y una coherencia. La coherencia es buena para que ellos sepan que cuando es no, es no; la hora aproximada de ir a la cama... Cuando un niño ya puede predecir lo que sus padres no le dejarán hacer, es que vamos bien. Hay que ser flexible en la manera de decirles las cosas y también hay que positivar más. Los padres regañamos demasiado y es importante remarcar lo que hacen bien. Debemos felicitarles más. En cada proceso que hacen, debemos encontrar la manera para reforzar su autoestima. También se deben hacer excepciones. Una manera muy clara de que sepan que cada día hay que irse a la cama a las nueve, es que el viernes se vayan a dormir a las 12. No nos tiene que dar miedo la excepción. Necesitamos normas y luego alguna excepción.

¿Hay veces que la ironía es más eficaz que ponerse tenso?

Sí pero no hay que confundir la ironía con el sarcasmo. La ironía consiste en reír juntos; es un acto de inteligencia, de complicidad y solo la pueden usar personas que entre ellas se quieren. Defiendo mucho usar la ironía como herramienta porque es muy útil. No siempre sale a la primera pero antes de perder los nervios conviene respirar, contar hasta 10 y no enfadarse tanto.

¿Educar es cada vez más difícil?

El mundo es muy complejo. Educar no es imposible pero sí muy complejo. Encuentro lógico que los padres estén acomplejados porque tenemos mucha información, pero una parte de la dificultad nos la ponemos nosotros. Educar es posible y divertido. Una actitud positiva ayuda.

¿La sobredosis de información puede llegar a ser nega- tiva?

La comunicación es imparable. El problema es cómo reaccionamos a esta sobredosis de información. Si lo queremos hacer todo en el mismo momento y perdemos el sentido común o si creemos que para educar necesitamos mirar un manual en vez de mirar a tu hijo, sí que puede ser negativo.

¿Para los padres, internet es una maravilla o una fuente infundada de preocupaciones?

Los padres necesitamos internet pero hemos perdido la comunicación de toda la vida. Antes teníamos una tribu familiar a nuestro alrededor y ahora muchos viven solos. Los foros son útiles pero hay que contrastar y comprobar las cosas. De todas formas, la mejor red es la que hacen los padres con los grupos de la escuela. Las preocupaciones se quedan en casa y creo que deberíamos explicarnos entre los progenitores cómo nos va. Quien mejor te puede ayudar es otro padre que haya pasado por lo mismo.

¿Cómo continuaría la frase: 'Tener hijos es...'?

Apasionante, divertido, complicado y para toda la vida.

¿Por qué es esencial educar con humor?

Es esencial educar con humor porque los padres tienen que ser positivos y optimistas. El buen humor es una herramienta que se tiene que cultivar porque la vida tiene tendencia a ser trágica y es nuestro trabajo añadir la parte de comedia.

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