El profesor Mike Parker Pearson, del Instituto de Arqueología del University College de Londres (UCL) asegura que el monumento de Stonehenge estaba en un principio a más de 220 kilómetros de su localización actual y que fueron los emigrantes galeses quienes lo trasladaron.

Esta teoría, que Parker Pearson ha presentado en el Hay Festival, permite, también, comprender mejor la existencia de rocas de piedra azul en el monumento megalítico. Es un tipo de roca que no se encuentra en las canteras inglesas. De hecho, la más cercana con estas características se halla a unos 160 kilómetros de distancia, en la localidad de Pembrokeshire.

Concretamente, este científico señala que Stonehenge comenzó su 'vida' con una tumba antigua de Gales, pero cuando las tribus se movieron hacia el este de Inglaterra, 500 años más tarde, se llevaron consigo, no sólo sus pertenencias, sino también el monumento de piedra dedicado a sus seres queridos.

"Su idea de 'hacer el equipaje' era algo más profunda y significativa que la nuestra. En realidad, están moviendo su patrimonio y estas piedras representan sus ancestros", ha explicado el investigador a 'The Sunday Telegraph'.

Las palabras de Parker Pearson llegan tras el trabajo de un equipo de la UCL, que ha estado buscando en el medio millón de fragmentos de hueso encontrados en Stonehenge. De ellos, el 25 por ciento corresponde a personas que vivían en el oeste de Gran Bretaña, según explica al 'Daily mail'. El científico cree que Stonehenge puede ser "el mayor cementerio del tercer milenio antes de Cristo de todo el país".