La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha puesto en marcha un nuevo plan de salud dirigido a mejorar la atención de los pacientes crónicos y la gestión de esta demanda asistencial, tal y como informó ayer el consejero Jesús Morera en el Pleno del Parlamento.

El objetivo de la Estrategia de abordaje a la cronicidad, es adaptar el funcionamiento del sistema sanitario de Canarias a la nueva realidad que supone la demanda asistencial creciente derivada de la cronicidad, entendiendo como enfermedad crónica aquella que tiene una duración mayor a seis meses con lenta progresión, por lo general. Si bien, no todas las personas mayores de 65 años tienen patologías crónicas ni las enfermedades crónicas afectan exclusivamente a personas en ese rango de edad.

El SCS ha registrado que cada persona entre 65 y 74 años tiene una media de 2,8 enfermedades crónicas, elevándose a 3,23 para las personas mayores de 75 años. El 94% de estos está polimedicado y tienen una elevada tasa de frecuentación de los servicios asistenciales sanitarios. Asimismo, los servicios sanitarios públicos dedican un porcentaje importante de su capacidad y recursos y, por tanto, del presupuesto de que disponen, a la atención a las personas con enfermedades crónicas, tanto en Atención Primaria (AP) como en los hospitales, en ingresos, en consultas, en pruebas diagnósticas y en prescripción farmacéutica.

Suponen algo más del 50% de las estancias hospitalarias y el 54% de gasto en receta farmacéutica. El gasto medio en farmacia de las personas entre 65 y 75 años es de 702 €/año, el de las que tienen entre 75 y 80 años 978 €/año y el de los mayores de 80 años, 1.116€/año.

Ante estos datos y los cambios poblacionales registrados, en la Estrategia del SCS, difundida ya entre los profesionales implicados, está reorientando la asistencia hacia un modelo más proactivo que responda a las necesidades de la cronicidad, focalizado en la prevención, situando al paciente en el centro del sistema, y dirigiendo los recursos en base a sus necesidades de formación, información y/o asistencia. En este sentido, es preciso enfocar la salud poblacional, personalizando la atención a partir de una identificación y segmentación de la población según el nivel de cuidados que requiere ante el riesgo y desarrollo de patologías crónicas.

Estas medidas conllevan cambios en cuanto a que requiere tanto un aumento de la resolutividad de Atención Primaria, siendo el eje principal de la atención al paciente crónico, como una mejora de la integración de la atención entre los niveles de atención primaria y hospitalaria, asegurando asimismo la continuidad con el ámbito sociosanitario.

Estas iniciativas contemplan igualmente un empoderamiento y autonomía del paciente, impulsando su participación y competencia, la corresponsabilidad en la gestión de su patología y el autocuidado, empleando las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías.

A este respecto, los responsables sanitarios aseguran que la integración de la información del paciente crónico en los sistemas informáticos que permitan intercambiar datos entre todos los niveles asistenciales es un referente importante en el abordaje del paciente crónico. En los últimos años se han desarrollado importantes herramientas como la receta electrónica, que está ya implantada en Atención primaria, en las áreas de consultas de los hospitales y que estará implementada a lo largo de este año en las áreas de hospitalización de los hospitales del SCS. Otros desarrollos que se están llevando a cabo son la comunicación entre profesionales de Atención Primaria y Atención Hospitalaria (AH) mediante interconsulta a través de la Historia Clínica Electrónica (HCE) (consultores virtuales) que suponen una mejora en la asistencia.