Alrededor de 300.000 alumnos en España, entre los que se encuentran 8.500 estudiantes canarios, se enfrentan estos días a la que será la última Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) de España.

En vigor desde 2008, la Ley Orgánica para la Mejora Educativa (Lomce) establece que la PAU desaparecerá el próximo 2017, tras esta última prueba de 2016 y que, en principio, sería sustituida por la reválida de Bachillerato, que tanto rectores universitarios como el Ministerio de Educación tratan de asemejar al máximo a la PAU en curso. En cualquier caso, el futuro queda supeditado, a su vez, al escenario político que dibujen las próximas elecciones generales.

Así lo expuso ayer Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano, vicerrector de Estudiantes y Empleabilidad de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), quien señaló que "estamos en un momento de reforma y pendientes de la posible modificación de la Lomce tras los resultados electorales". "Lo que sí estamos reclamando a las universidades es que se determine ya cómo va a ser la prueba el año que viene, porque los alumnos se empiezan a matricular en 2º de Bachillerato y tienen que estar al corriente de las materias y de los efectos y consecuencias de un posible cambio, que puede determinar el acceso a una titulación elegida", explicó, toda vez que destacó que "los principales afectados en estos procesos siempre son los estudiantes".

Con respecto a las características de esta futura reválida, el vicerrector sostiene que "parece que se encamina hacia una PAU similar a la que se está realizando ahora, con algunas modificaciones". "Aunque la previsión inicial de la Lomce era plantear una prueba completamente distinta a la actual, con preguntas tipo test o pruebas distintas por universidades, ahora se entiende que volveremos otra vez a un sistema próximo a la PAU", afirmó.

No obstante, lo que parece claro es "ya no será una prueba de acceso a la Universidad como la que conocemos ahora, sino que se realizará una prueba final de Bachillerato". "Ahora, para tener el título de Bachillerato, el alumno tendrá que superar esa prueba final".

Con todo, el vicerrector señala que el transcurso de esta última PAU ayer, en la ULPGC, se desarrolló con "una tranquilidad absoluta". "Lo más importante es destacar que todo está funcionando con normalidad, que los exámenes comenzaron en su momento, sin mayores problemas y que, aunque hubo algunos nervios, una vez empezado el examen, se relajó todo el mundo, porque vieron que lo que ha caído es lo que han trabajado en sus centros". En este sentido, valora que la PAU siempre ha sido "una etapa complicada, pero que está perfectamente sincronizada en los centros y entre las islas".