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Entrevista a Lola Salvador Maldonado

"Si te diviertes al escribir un guión es el síntoma de que vas por buen camino"

"Aunque un guión esté basado en un hecho real o inventado, todo parte siempre de una imitación de la vida", asegura la guionista y escritora

La guionista, productora y escritora Lola Salvador, ayer, en Las Palmas de Gran Canaria. JOSÉ CARLOS GUERRA

¿Cuál es el objetivo del taller?

Es explicar cuáles son los procesos de aprendizaje sobre el guión. Pero tengo que reconocer que me he sorprendido con el nivel de los asistentes al primer día porque hay personas que han hecho talleres, o escrito cuentos o poesía. Incluso hay personas que han escrito guiones propiamente dichos. La mayoría son profesionales adultos. Mi objetivo es exponer lo mejor que pueda lo teórico, incluyendo ejercicios, datos y algún proyecto que dé continuidad. Este tipo de talleres se hacen en función de los asistentes. Pero un taller de tan solo 20 horas es muy corto, por lo que me gustaría que, tras el curso, quedara un grupo de trabajo que pudiera poner en marcha algún proyecto.

¿Cree que no se conoce la verdadera importancia del guión en el arte cinematográfico?

El guión abarca un mundo amplio que incluye la televisión, el teatro, las series e internet. Aunque sea un mundo que la gente desconoce en qué consiste, es algo similar a la partitura que unos músicos interpretan, o al texto teatral que unos actores ponen en pie. Es normal que, ante la promoción de la obra, el cine de autor se fije más en el director, y el cine comercial o generalista en los intérpretes.

¿Qué le recomendaría a aquellos que quieran empezar a dedicarse a esta profesión?

Principalmente que se formen en la vida propiamente dicha. Dentro de sus experiencias, es bueno que escuchen al del lado, que lean el periódico, que vayan a museos, que vean lo que hacen otros artistas para conectar con la gente, y que tengan resistencia. Pero tienen que averiguar si realmente la elección de dedicarse a contar historias tiene sentido para ellos. Les recomendaría que no sean ególatras, que la misma visión crítica que tienen con los demás la tengan para sí mismos. Es un enorme privilegio vivir contando historias.

Usted ha trabajado en todos los ámbitos profesionales.

Mi experiencia está muy vinculada al cine, pero también al teatro, la radio, la televisión, la docencia y a todas las nuevas narrativas. Y en el fondo todo tiene un elemento de urdir un relato. Las dificultades quizás se desconocen más en el cine porque el guión requiere de diálogo, estructura, etc. Está pensado para que luego se produzca de la forma más correcta la película.

Usted puede hablar de El crimen de Cuenca,

Eso es algo más habitual de lo que la gente piensa. Porque al final todo sale de lo mismo. Antes de escribir un guión me inspiro en cosas que han existido y son una referencia. Puede que sean una adaptación, o un hecho real, pero todo parte de cierta imitación de la vida. A veces las cosas surgen primero, después o simultáneamente y son pequeños matices los que hacen que sea de una manera u otra. El guión y el libro de El crimen de Cuenca fueron escritos simultáneamente. Yo vi que había un material de archivo de todo el Tribunal Supremo tan interesante que no cabía en la película, por lo que desde el momento de la documentación pensé en hacer la novela y el guión al mismo tiempo. Cuando escribí El olivar de Atocha también era una serie de televisión con una historia familiar detrás y fue un trabajo simultáneo, tanto para el libro como el guión para la tele.

¿Es más complicado cuando se trabaja exclusivamente para el campo cinematográfico?

La diferencia es que en el cine interviene mucha gente. El director es la figura que tiene la decisión final. Pero todo se pacta. El cine es un trabajo de equipo. Aquí el trabajo de guión es el más grande, el más largo de todas las demás especialidades. Me puedo pegar entre año y medio y dos años para escribirlo, porque son muchos pasos, hay muchas reescrituras, hay que ver constantemente dónde se pueden hacer las cosas. Y al final son diez o doce versiones hasta que se tiene el definitivo del rodaje aprobado por todo el equipo de producción y que se pone en marcha.

¿Y existe un trabajo de campo previo al mismo rodaje?

Vas a las primeras localizaciones con el director, el ayudante o el fotógrafo, y siempre ahí para ir afinándolo. Rodar es muy caro porque arrastra unas doscientas personas y antes tiene que estar todo muy definido en el papel. El trabajo de guionista es muy de equipo. El mundo del cine está hoy en día muy sometido al acuerdo de muchas personas. Hay mucho dinero de por medio y se intenta atarlo todo bien para que no se pierda tiempo que puede influir negativamente en la economía del filme. Es todo así hasta que se estrena. Pero cuando viene el éxito o el fracaso ya una está en otro trabajo.

¿Le sorprende el éxito de una serie como Cuéntame

No, porque en realidad repite el mismo éxito de las series inglesas que hablan alrededor de la familia o un barrio. Yo hice algo parecido con El olivar de Atocha pero empezaba mucho antes ya que relata la historia de una familia de Madrid desde el primer tercio del siglo XX y hasta el estallido de la Guerra Civil. Comienza en 1898, cuando el protagonista llega desde su Galicia natal a una fábrica de muebles donde vive todos los acontecimientos de la época.

¿Le gusta este tipo de talleres?

Me gustan, aunque tengo que reconocer que en tan pocos días, y durante tan pocas horas, no puedo pasar más allá de una introducción, pero es interesante la dinámica que se crea de expresarse a través de la ficción, y de divertirse, que es la prueba del algodón, si te diviertes es que vas por buen camino, aunque estés contando un drama. Es necesario encontrar una historia que no te aburra, que no te agote, que, aunque se haya contado muchas veces de varias maneras, contenga algo que te haga seguir apasionado por ella.

¿Cuándo cree que se ha encontrado el buen guión?

Es imprescindible que a ti como narrador te impacte. Puede que un conflicto lo puedas condensar en tres imágenes, o puede ser otra historia que dure varias horas y se desarrolle a lo largo de varios años. Pero siempre es fundamental que a ti nunca te deje indiferente.

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