"Encontrar un patrón de una actividad cerebral que sirviera como firma neuronal, que fuera único para cada persona, y que además fuera constante e independiente del estado mental o cognitivo de cada momento". Este ha sido el objetivo de la tesis doctoral Mi Mente, Mi Yo, Mi Identidad: Una firma neuronal independiente de la tarea mental aplicada a la identificación biométrica, realizada en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria por el investigador e ingeniero de Telecomunicaciones Marcos del Pozo Baños, y dirigida por los profesores Carlos Travieso y Jesús Alonso, investigadores del Instituto Universitario para el Desarrollo y la Innovación en las Comunicaciones (Idetic) de la ULPGC.
El estudio, Premio Isdefe a la Mejor Tesis Doctoral en Seguridad y Defensa del país, otorgado por el Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación (COIT) y la Asociación Española de Ingenieros de Telecomunicación (AEIT), presenta como principal novedad, evidencias científicas de la existencia de un patrón en la actividad cerebral que es único para cada individuo e independiente de la tarea cognitiva. "Se trata de una firma neuronal persistente en cualquier estado mental, como los de relajación, resolución de problemas aritméticos, composición de cartas o visualización de imágenes", indicó Del Pozo durante la entrevista realizada en la sede del Idetic por videoconferencia, dado que el joven formado en la ULPGC, se encuentra actualmente trabajando como investigador en la Escuela de Medicina de la Universidad de Swansea en Gales (Reino Unido).
Su tesis se enmarca dentro del campo de la biometría, la parte de la ciencia que se encarga de la identificación o verificación de identidades, bien a partir de un rasgo fisiológico (forma de la mano, imagen facial, huella dactilar), del comportamiento (firma, forma de andar...), o de rasgos mixtos que combinan los fisiológicos y los del comportamiento como es el caso de la voz. "La tesis de Marcos del Pozo abre la puerta a una nueva biometría en la que se ha trabajado muy poco y que resulta muy novedosa desde el ámbito de la investigación. Está lejos aún de ser un producto comercial, pero cumple el objetivo de la Universidad, de identificar nuevas oportunidades, punteras no sólo por los resultados sino por la estrategia, abriendo la puerta a nuevas biometrías en las que no se ha trabajado", afirmó el profesor Alonso.
Para ello, se ha estudiado la señal del electroencefalograma (EEG), que recoge la actividad eléctrica de las neuronas, y que hoy por hoy constituye, dentro de las tecnologías que abren una "ventana" al funcionamiento del cerebro, una de las menos invasivas, más económica y sencilla de usar, gracias a los avances de la industria de los videojuegos. "Actualmente se pueden incluso encontrar dispositivos que registran la señal de EEG que están orientadas y comercializadas para los videojuegos, lo que ha repercutido en la reducción del coste de los sensores. Antiguamente se aplicaba a equipos médicos, que eran muy costosos pero con el desarrollo de las tecnologías de los juegos, hay interfaces que pueden ser aplicadas a este tipo de tecnologías".
El estudio tiene múltiples aplicaciones, aunque a nivel de ingeniería la más evidente es la de la seguridad. La conveniencia del EEG, unida a la independencia de la tarea mental observada en la firma neuronal, hace viables la implementación de sistemas de seguridad reales basados en esta tecnología. "Serían sistemas de alta seguridad sin contraseñas, donde acceder ilegalmente es extremadamente difícil. Además, no sería necesario que el usuario realizara ninguna tarea en particular. Esto es crucial en aplicaciones como la del pasaporte biométrico. El usuario podría llevar a cabo otras tareas, como presentar el pasaporte, responder preguntas o aportar otras biometrías, mientras se analiza y verifica su actividad neuronal".
Al ser un trabajo multidisciplinar, la firma neuronal también puede tener utilidad en la neurociencia, dado que la propiedad de independencia de la tarea mental, hace atractivo su uso en este campo. De hecho, la línea de investigación que desarrolla actualmente Marcos del Pozo en la Universidad de Swansea, está dirigida a la prevención de suicidios y autolesiones.
Asimismo, en base a este estudio, los investigadores de la ULPGC Carlos Travieso y Jesús Alonso están iniciando una nueva línea de estudio dirigida a la detección de las emociones en diferentes tipos de enfermedades neurodegenerativas, que favorezca la detección precoz y la evolución frente a un tratamiento médico. "Toda enfermedad tiene sus particularidades para cada persona, y el uso de la información del EEG, de la voz, de las expresiones faciales, o de información fisiológica como la variación del ritmo cardíaco, nos puede llevar a tener una herramienta más potente de diagnóstico y tratamiento", apuntó Carlos Travieso.
Finalmente, el autor de la tesis apuntó el componente filosófico del estudio. "En este trabajo defendemos que somos nuestra mente, tanto la consciente como la inconsciente. Esto nos permite seguir siendo la misma persona cuando hablamos por teléfono, o cuando escribimos una carta. Y es por esto mismo que cuando una persona cambia radicalmente su forma de interaccionar con el mundo, ya sea por una experiencia traumática o por los efectos de una enfermedad neurodegenerativa, a menudo se dice que 'no es el mismo'. En este aspecto, un sistema de identificación basado en la actividad cerebral está más cerca de medir la identidad real de un individuo, que cualquier otro tipo de biometría".
Marcos del Pozo es uno de los brillantes talentos formados en Canarias que han tenido que emigrar por la política de recortes en Ciencia del Estado y de la escasa apuesta por crear y atraer tejido empresarial que absorba esta mano de obra cualificada. "Me gustaría regresar, pero sobre todo por lo que significaría para España, es decir, para que yo volviera tendría que haber un cambio de mentalidad, apostar más por la I+D+i, y así no sólo volvería yo, sino muchos españoles que nos hemos tenido que ir por falta de oportunidades en nuestro país".
