El aterrizaje ayer del avión Impulse II en el aeropuerto sevillano de San Pablo, tras haber cruzado el Atlántico Norte propulsado solo con energía solar, marca un nuevo hito en la relevante aunque poco conocida historia aeronáutica de la capital andaluza y en su protagonismo en los vuelos transatlánticos. Puerto y puerta de las Indias desde los viajes de Cristóbal Colón a América, Sevilla fue a comienzos del siglo pasado una de las capitales europeas con mayor actividad aeronáutica, cuando esta industria inició su expansión, y lugar de salida o llegada de históricos vuelos transoceánicos, como el del avión Jesús del Gran Poder.

Ya en la primavera de 1910 se celebró en el aeródromo sevillano de Tablada una Semana de la aviación, la primera en su género de España, en la que se mostraron los más avanzados modelos de la época.

Fue Tablada el escenario de los preparativos del histórico vuelo del avión Plus Ultra, que en 1926 sobrevoló por primera vez el Atlántico Sur, desde Huelva a Río de la Plata, junto a Buenos Aires. Poco después se inauguró la ruta aérea comercial entre Sevilla y Larache (Marruecos), una de las más importantes de la época.