Los cambios en los modelos de vida y los efectos de la recesión económica son las principales causas que esgrimen los sociólogos canarios para justificar el descenso de la natalidad española, toda vez que la inmigración, en el caso de Canarias, es la razón capital de que el saldo vegetativo se mantenga en positivo. "Por circunstancias diversas, la reducción del número de hijos por mujer es enorme pero, en el caso de Canarias, la población se mantiene más joven, sobre todo, por la incorporación de inmigrantes a las Islas entre 1999 y 2005, que ha supuesto un importante incremento de la población joven", sostiene Gonzalo Rodríguez, presidente del Observatorio Canario de Estudios e Investigaciones (OCEI).

Sin embargo, Canarias asiste también al proceso contrario, con una emigración creciente de población joven en busca de mejores oportunidades laborales. "La emigración de mujeres jóvenes está trayendo consigo un descenso de la natalidad, de tal manera que, si se tienen hijos, se tienen fuera", apunta Juan Francisco Martín, catedrático de Geografía Humana en la Universidad de La Laguna (ULL). "La crisis está claramente detrás del declive demográfico actual porque lo que está trayendo consigo es que las chicas jóvenes, tanto en su país de origen como fuera, retrasen la maternidad, hasta el punto de que la edad media de la primera maternidad se produce en torno a los 32 o 33 años", explica. "Entonces, al retrasarse la primera maternidad, una consecuencia lógica es que no se dé una segunda o que, en primera instancia, se abandone la idea de ser madre; y en ambos casos, el círculo vicioso se completa con el hecho de que educar a un hijo es muy caro, en particular, en España, donde el Estado de Bienestar es lo que es".

Para Martín, esta situación en Canarias, en particular; y en España, en general, "es realmente dramática". "Un saldo vegetativo negativo supone una natalidad bajísima y, por consiguiente, una tasa neta de reproducción muy baja", asevera. "En Canarias siempre ha habido una natalidad más elevada -a pesar de que ha bajado muchísimo, frente al resto de España-, pero también se está produciendo un envejecimiento muy grave de su población", sostiene. "En los últimos años, ha sido una tendencia que las islas con una mayor emigración tradicional, esto es, La Palma, La Gomera y El Hierro, tengan saldos cero o negativos, mientras que la natalidad es algo más elevada en las islas orientales, sobre todo, en Lanzarote y Fuerteventura".

Ante estas circunstancias, Rodríguez afirma que "la inmigración es el proceso natural para el impulso y progreso de una población cada vez más envejecida, tanto para reponer como mano de obra lo que falta como, sobre todo, para el pago de las pensiones". En este sentido, señala la necesidad de "ir hacia otro sistema de pensiones, que refleje este cambio de modelo social y generacional". "La economía y, en especial, las pensiones han estado pensadas en base a un modelo determinado y ese modelo va a tener que cambiar, porque las nuevas generaciones son las que alimentan con su contribución el sistema de pensiones", explica. "Ahora hay una mayor productividad, pero también más población envejecida; además, se habla de ese 'cuarto espacio', que no es la tercera edad, sino gente de unos 65 años que sigue siendo muy activa a nivel de consumo o, incluso, productivo".

Por su parte, Martín reivindica más "políticas demográficas" en las comunidades autónomas. "Los gobiernos deben promover buenas políticas demográficas que estudien y realicen diagnósticos de cara a aplicar un equilibrio adecuado en las variables demográficas, porque existe una grave despreocupación con lo que está ocurriendo en términos demográficos en España".