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El diablo marino pide protección

La Asociación Amigos de los Tiburones y Rayas, Atiracan, exige al Gobierno de Canarias que introduzca a la maroma, una manta legendaria, en el Catálogo de Especies Amenazadas

El diablo marino pide protección LP/DLP

La manta diablo (Mobula tarapacana), conocida también como maroma, es uno de los animales marinos que invitan a la fábula. Las protuberancias o cuernos que tienen frente a su boca, así como sus saltos acrobáticos en el agua, se cree que para atraer a las hembras, le han granjeado un papel protagonista en las antiguas leyendas marineras, que las retrataban saltando sobre los barcos para matar a los marineros o se acercándose a la costa para llevarse a los niños al fondo del mar. Nada más lejos de la realidad, son unas de las criaturas menos peligrosas de los océanos.

Actualmente se desconoce su población y si está o no en peligro de extinción, en cualquier caso se considera una especie vulnerable, por lo que la Asociación Amigos de los Tiburones y Rayas de Canarias (Atiracan) solicita al Gobierno que la introduzca dentro del Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias.

"A pesar de que la maroma es la manta más frecuente en Canarias, y que está prohibida su captura y tenencia a bordo, según el Reglamento 2016/72 de la Unión Europea, en Canarias no goza de ninguna medida de protección", indicó Suso Rodas. El coordinador de Atiracan denuncia que en el catálogo de protección del Gobierno canario aparece, sin embargo, la manta birostris que es una especie ocasional en las Islas. "El año pasado la Viceconsejería de Pesca sacó unos carteles de las especies protegidas en el que no figura la manta diablo, pero sí la manta birostris, es decir, que han protegido a una especie que no habita en Canarias. Tenemos un Catálogo en el que no aparece ni la manta diablo, ni el tiburón martillo (cornuda), ni el angelote, y sí están la foca monje, que no existe en Canarias, al igual que el milano real. Es un corta y pega del catálogo nacional, que nada tiene que ver con nuestras islas, que son las Galápagos del Atlántico, tenemos una biodiversidad marina que no tiene la Península".

En Gran Canaria, los mayores avistamientos de mantas diablo se hacen en Caleta Baja (Gáldar), y en menor medida en La Restinga (El Hierro), y en Los Silos (Tenerife).

"Las aguas canarias deben ser un Santuario de Tiburones y Rayas, es imprescindible para conservar nuestra biodiversidad y con ello, a las especies desprotegidas, cuya supervivencia es vital para la salud del ecosistema marino", añadió.

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