La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista a Bruno 'Sargento' García

"Los resultados de las elecciones me dan asco y siento dudas sobre la humanidad"

"Durante un tiempo me planteé vivir en Canarias y si lo hiciera me alejaría de las zonas más turísticas", asegura el músico y cantante

Bruno 'Sargento' García. LP / DLP

En su último disco, Contra viento y marea

Sí. Se grabó entre España, Cuba y Colombia y cierra un ciclo que iniciamos en Cuba, pasando por México, Jamaica y acaba en Colombia. He trabajado mucho tiempo en las pulsiones de la música afrocaribeña y Colombia me pareció un laboratorio perfecto, como lo es Cuba y otros países. Pero Colombia tiene una riqueza y una mezcla que me encanta entre lo afro, lo indígena y lo europeo.

¿Qué significa en su vida y en su música el proceso de viajar, conocer mundo y personas?

Yo de pequeño no podía viajar y lo hacía a través de los discos y los libros. Siempre ha sido algo que me ha fascinado. Además, procedo de la cultura española pero crecí en Francia. Mi papá había cambiado de país y yo era hijo de inmigrantes. Y era difícil. Ahora no, al ser todos europeos pero entonces era diferente. Después pude empezar a viajar y creo que por eso, por el hecho de viajar, me hice músico. Pensé que la música era una gran manera de adentrarme en otras culturas y conocerlas desde dentro y no como un turista. Lo que hago es instalarme en el país. Lo hice en Cuba, en México y en Colombia. Me quedó el tiempo necesario para entender la idiosincrasia del país, su cultura, historia y a las personas.

¿Cuántas naciones o culturas corren por sus venas?

De manera directa, bastantes: País Vasco, Andalucía, Francia y Alemania. Pero mi familia ha ido extendiéndose. Ahora tengo primos chinos. Tengo un primo africano que se ha casado con una chica vietnamita. Hay argelinos. Mi familia viene de muchas partes del mundo y cuando yo era pequeño y nos reuníamos se convertía en una interesantísima tertulia multicultural. Esto me hizo ver el mundo como un mosaico y no como nos lo quieren pintar a veces.

¿Somos más iguales de lo que en ocasiones creemos?

Sí, claro. Pero es que en Francia yo me sentía español y cuando estoy en España me siento francés; en Latinoamérica, europeo; en Europa, latinoamericano... Es un lío. Por eso me gusta tomar cosas de cada cultura. En el fondo todo es igual. Tenemos una cultura común que compartimos todos los ciudadanos del planeta y tenemos que buscar lo que nos une en lugar de fijarnos solo en lo que nos separa.

En sus canciones usted suele identificarse con las personas sin voz, los antihéroes. De hecho, su nombre lo toma del enemigo del Zorro. ¿Se identifica más con estos que con los protagonistas habituales?

Exacto. El Zorro en el fondo es un huevón. Es un aristócrata latifundista que tiene indígenas trabajando como esclavos. El héroe es el Zorro pero en realidad el verdadero hombre del pueblo es el Sargento García, que es un bonachón. El tipo no es malo. Es más humano que los demás. Y bueno, sí. A mí siempre me ha gustado más el antihéroe. Supongo que viene de la infancia, porque yo, como muchos, cuando jugaba a vaqueros e indios siempre iba con los indios.

Su último disco incluye mucha denuncia social, con críticas hacia los políticos corruptos y una reflexión sobre la manipulación y violencia del sistema. ¿Qué siente tras las elecciones?

La verdad es que siento mucho asco e, incluso, me surgen dudas sobre la propia humanidad. Si la democracia es la expresión mayor de la soberanía del pueblo no se puede entender que el pueblo vote a personas que les roban. Es increíble. Yo creo que este comportamiento es una reacción de cobardía frente a una situación futura que desconocen. Me refiero a ese miedo que intentan imponer sobre una supuesta invasión de rojos y bolcheviques, cuando esto es una falacia total. Es exactamente lo que dijeron cuando apareció Felipe González y España no es hoy un país estalinista. Yo entiendo que hay gente que por ignorancia, por miedo o por esa insistencia en el discurso, cogen miedo y han dicho que mejor lo malo conocido. Pero esto es muy pobre. Es un mal que hay que extirpar de nuestra sociedad, como la infección que es. Es que esto explica perfectamente por qué el mundo va tan mal. El objetivo principal del político es intentar engañar al prójimo y me da más asco todavía porque esa gente es la que ha impuesto una educación de moral judeocristiana. Primero te machacan con el mal, el diablo, no mentir, no robar... Y al final son ellos los peores. ¿A ver cómo le explican a sus hijos ahora que robar está mal? Al final es absurdo y da mucho asco, la verdad.

¿Le duele especialmente el trato hacia los refugiados?

Sí. Pero es que todo está conectado. Una cosa que pasa en Europa tiene sus causas en Oriente Medio y sus consecuencias se ven en América latina. El mundo se ha vuelto global, pero nuestra mente sigue siendo pequeña. No pensamos de manera global y mientras no lo hagamos por el bien de todos... Y yo creo que se puede hacer. Si se cumpliera la resolución de los Derechos Humanos de 1973 seríamos todos más felices. Todo el mundo reconoce ser hijos de esta constitución pero nadie la aplica.

¿Echa en falta una postura más beligerante entre los artistas actuales?

Los hay, pero no se les da cobertura. El movimiento alternativo es hoy más fuerte de lo que era hace 20 años. Sí. Estaba Bob Marley, pero en realidad su mensaje no llegó hasta que falleció. Y en esa época el movimiento era bastante más contestario en el rock, en el reggae... Hubo un boom en Europa, entorno al año 2000 con Manu Chao, Sargento García y grupos españoles que se posicionaron. Pero ahora le toca a las nuevas generaciones reividicar lo suyo. Yo tengo 50 años. Puedo seguir alzando la voz pero les toca ellos pelear. Son los que más se juegan.

Ha actuado varias veces en Canarias. ¿Le gusta esta tierra?

Canarias es la escala entre Latinoamérica y Europa. A mí me encanta, porque tiene lo mejor de dos mundos. Incluso llegué a plantearme vivir aquí. No sé donde, pero me hubiera alejado de las zonas turísticas, así que si hubiera vivido en Tenerife o Gran Canaria lo hubiera hecho en el Norte. Pero vamos, lo que más me gusta de Canarias es esa naturaleza salvaje que tiene.

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