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Entrevista a Miguel Sebastián

"En niveles de renta y empleo aún no hemos superado la crisis"

"Pablo Iglesias es un verdadero maestro del marketing y del 'show' político", afirma el economista

Miguel Sebastián, exministro socialista de Industria. LUISMA MURIAS

¿No ha recibido tentadoras ofertas de empresas tras dejar el Ministerio?

No. Yo volví a la Universidad, además al mismo despacho.

¿Y la puerta de la política sigue abierta?

Soy militante de base del PSOE y siempre estoy a disposición de mi partido.

En su libro analiza la falsa bonanza del periodo 1998-2008 que condujo a la crisis. ¿Hay síntomas de falsa bonanza en el actual crecimiento económico?

Hay síntomas de que volvemos al viejo y malo modelo productivo. Todo el mundo habla del crecimiento económico, del 3,2% o del 3,4%, pero nadie mira el crecimiento de la productividad, que está sobre el 0,3 o el 0,4%, muy bajo. Otro ejemplo es la temporalidad, que había caído porque buena parte de la destrucción del empleo había sido de trabajadores temporales, pero nada más recuperarse el empleo vuelve a subir la temporalidad. El crédito también se empieza a recuperar un poco, pero buena parte está vinculado a créditos hipotecarios. Todos son síntomas del viejo modelo económico.

¿Y cómo se cambia?

Lo que hay que hacer es consensuar que el modelo económico que tenemos desde que entramos en el euro ha sido malo y que tenemos que cambiarlo. Debemos abordarlo como país, reconociendo todos (Gobierno, fuerzas políticas, empresarios y sindicatos) que nos hemos equivocado, que no podemos seguir con un modelo con baja productividad, con precariedad, con desprecio por la innovación, con un tamaño empresarial muy pequeño, con un gusto excesivo por el ladrillo y el corto plazo, y que no apuesta fuertemente por la formación y la internacionalización. Podemos estar en desacuerdo sobre las medidas, pero lo que busco es un consenso en el diagnóstico, si reconocemos que el modelo es malo podemos dar un salto como país enorme.

¿Hacia dónde?

Debemos mirar a los países que, tanto en la zona euro como fuera de ella, como es el caso de Dinamarca, tienen un crecimiento de la productividad más elevado. Eso requiere apostar por la industria, sector en el que hemos perdido peso; apostar por un tejido empresarial donde las empresas crezcan más para que puedan innovar, formar e internacionalizarse; apostar por un modelo energético más competitivo y que dependa menos del exterior, y apostar por un sistema financiero más moderno que no sea tan dependiente de los bancos.

¿Financiación sin bancos?

Se pueden buscar vías alternativas a través, por ejemplo, del capital riesgo. Cabify, que es el Uber español, ha conseguido levantar 105 millones de euros en financiación no bancaria. Es un ejemplo. No digo romper, pero sí al menos disminuir el vínculo excesivo que tenemos con los bancos, aunque sé que a ellos no les gusta nada lo que estoy diciendo.

¿España ha salido ya de la crisis?

No. Somos uno de los países que más crecen en Europa, pero nuestro nivel de renta, el Producto Interior Bruto real, todavía está cuatro puntos por debajo del que había en 2008, cuando empezó la crisis. Si todo va bien, y seguimos creciendo en torno al 3% este año y al dos y pico el próximo, recuperaremos el PIB real de 2008 a mediados de 2017 y ahí podremos decir que hemos salido de la crisis. Estados Unidos lo recuperó en 2011, Alemania en 2014, la zona euro en 2015 y nosotros en 2017, por ello deberíamos ser más prudentes y modestos cuando hablamos de nuestra recuperación económica. Y qué decir del empleo. Hemos perdido 18 puntos de empleo y se han recuperado cuatro. La zona euro perdió cuatro puntos y ha recuperado dos. Ellos la mitad, nosotros la cuarta parte. En niveles de rentas y empleo aún no hemos superado la crisis, no estamos para sacar pecho.

En su libro describe la fiesta que se vivió en España antes de la crisis y señala que nadie se atrevió a apagar la música. ¿Usted no pudo hacer más para corregir excesos?

No teníamos política monetaria para subir los tipos de interés, ya estaba en manos del Banco Central Europeo, y las medidas regulatorias financieras para limitar el crédito, como por ejemplo impedir la concesión de hipotecas por encima del 50% del valor del piso, le correspondían al Banco de España. Nosotros podríamos haber eliminado la deducción por la compra de vivienda, que la quitamos, pero tarde. Nos pilló la burbuja muy inflada e hicimos cosas, como apoyar la vivienda en alquiler, pero podríamos haber hecho más. No obstante, buena parte de la responsabilidad viene de la ley del suelo de 1998 y de la ley de cajas de ahorros de 2002, que fue la que impulsó su crecimiento y abrió la guerra para ver quién daba más crédito sin importar los riesgos y las consecuencias.

¿Cuáles son las reformas económicas pendientes más urgentes ahora?

La más urgente es la de las pensiones. El euro enmascaró el problema demográfico. Vino mucha gente de fuera que aportó mucho al sistema y cobró poco por su edad. Cuando se han ido al paro o se han ido del país ha aflorado el problema de las pensiones. Tenemos un déficit de la Seguridad Social y me juego lo que quiera que antes de que acabe el verano van a volver a sacar otros 5.000 millones de euros de la hucha, que da para un tiempo limitado de unos dos años. Por tanto hay que hacer algo con el sistema de pensiones. Y desde luego también con el mercado de trabajo porque la reforma laboral del Partido Popular ha fracasado, la temporalidad vuelve a aumentar y ha salido un modelo muy precario. Yo siempre he defendido el tiempo parcial, pero no para que se convierta en un abuso. Se necesitan también reformas en materia energética para reducir la dependencia; en política industrial, que ha sido exitosa en el tema del automóvil pero hay que seguir alimentándola y ampliándola; en I+D+i, que debe ser el motor de nuestro crecimiento y no un lujo; en el modelo educativo, con un horizonte de 10 ó 20 años para no cambiarlo continuamente. Pensiones, energía y educación creo que se pueden sacar del debate ideológico y llegar a un acuerdo de las cuatro grandes fuerzas políticas.

¿Espera grandes cambios tras el 26-J con respecto a diciembre?

En diciembre hubo un empate entre la derecha y la izquierda y ninguna de las dos partes podía hacer un Gobierno sin los nacionalistas e independentistas. Ahora yo creo que es imposible que haya unas terceras elecciones. O que el Partido Popular con Ciudadanos pueda formar Gobierno o que el PSOE pueda hacerlo con Podemos.

¿Le molesta que Podemos se presente como la "verdadera" socialdemocracia?

Me parece que no es verdad. El PSOE siempre ha estado en la Internacional Socialista, que es donde están las raíces de la socialdemocracia.

Parece que Pablo Iglesias admira más a Zapatero que Pedro Sánchez...

Pablo Iglesias es un maestro del marketing y del show político. Ese aprecio luego se tiene que demostrar tratando con respeto a los socialistas. Muchos, empezando por José Luis Rodríguez Zapatero, nos sentimos molestos cuando se refieren a nuestros líderes del pasado, como por ejemplo Felipe González, de forma hiriente.

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