El Gobierno de Austria aprobó ayer una ley para expropiar la casa donde nació el dictador y genocida Adolf Hitler, para evitar que se convierta en un lugar de peregrinación o un santuario para neonazis, según informó la televisión pública austriaca. Se trata de un edificio en la ciudad de Braunau, junto a la frontera con la Baviera alemana, en el que Hitler (1889-1945) vivió sus primeros tres años.

La expropiación pone fin a una larga batalla jurídica con la propietaria, que se ha negado a vender el inmueble al Estado y que ahora será indemnizada.

La decisión había sido anunciada en abril y sólo requiere ahora de su aprobación en el Parlamento. Si bien hay consenso en la necesidad de tomar una decisión que garantice que el lugar no se pueda usar para propagar ideas nazis, no hay acuerdo sobre el futuro de la casa en la que vino al mundo uno de los dictadores más sangrientos del siglo XX.