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Las normas de permanencia mejoran el rendimiento académico en la ULPGC

Un informe del Consejo Social refleja que los resultados "no dependen sólo del esfuerzo del alumno" y propone planes de mejora en los centros con peores tasas

Las normas de permanencia mejoran el rendimiento académico en la ULPGC

La aplicación en la Universidad de Las Palmas de las normas de progreso y permanencia ha mejorado las tasas de rendimiento académico del alumnado, aunque evidencia desequilibrios entre los grados a la hora de evaluar, de forma que el foco deja de estar sólo en el esfuerzo del alumnado y se abre a nuevas variables, como la del grado de exigencia del profesorado. Así lo revela el informe Impacto de las Normas de Progreso y Permanencia en los estudios de grado de la ULPGC, encargado por el Consejo Social a un equipo de expertos de la ULPGC liderados por el catedrático Gonzalo Marrero y el profesor José Juan Castro, dado a conocer ayer en el pleno celebrado por el citado órgano que preside Tristán Pimienta.

Dicho informe, que evalúa los resultados de los cursos 2013-2014 y 2014-2015, los primeros en los que se ha aplicado dicha normativa, pone de manifiesto que el porcentaje de mejoría en el rendimiento va en función del grado, y que no todos mejoran por igual.

"Los resultados son positivos, con todas las cautelas que lleva que sólo hemos evaluado dos cursos, suficiente para ver tendencias e iniciar un proceso de reflexión, pero aún no se puede dar una certificación profunda de los que sucede. El Consejo Social ha adquirido el compromiso de hacer un seguimiento anual de estos datos para irlos corrigiendo a medida que se vayan dando, y los resultados de este último curso, que no ha concluido porque los estudiantes se están examinando de la convocatoria extraordinaria, los añadiremos al informe una vez se contabilicen", indicó el profesor Castro.

Una de las conclusiones del informe es que la mejora del rendimiento académico es mayor en aquellos grados que, previamente a la aplicación de las normas de progreso y permanencia, tenían unos rendimientos ligeramente inferiores a los del conjunto de la Universidad y, por tanto, tenían mayor margen de mejora. "Grados que estaban en torno al 50 o 60% de rendimiento en su momento, han subido en muchos casos hasta 10 puntos", apuntó Castro. Las titulaciones con peor rendimientos son las de las Ingenierías, Arquitectura, Ciencias Sociales o Ciencias del Mar.

Por el contrario, grados como los de Ciencias de la Salud o de Humanidades, que partían con buen rendimiento, por encima del 80%, han tenido un impacto inferior de las normas, dado que el margen de mejora de resultados era menor.

No obstante el dato más importante que refleja dicho informe, a juicio de sus autores, es que "todo el acento en esta mejora del rendimiento no se puede poner en los estudiantes, sus mejoras tienen un límite y ahora le corresponde a los centros analizar los resultados y ver que además del esfuerzo de los alumnos, los centros con peores resultados tienen que valorar qué está pasando en determinadas asignaturas. Los estudiante han hecho su papel y gracias a su esfuerzo han mejorado, pero hay grados en los que los centros se tienen que implicar y buscar soluciones internas, replantearse las asignaturas, barajar cambios en el profesorado...".

Centros

Los datos analizados indican que el esfuerzo del alumnado debe acompañarse de planes de mejora y compromisos con la calidad por parte de los centros con peores tasas de rendimiento. "Las normas han logrado que los alumnos ofrezcan mucho más de sí, pero las diferencias encontradas en las tasas de rendimiento de los diferentes grados de la ULPGC, que en algunos de ellos superan los 40 puntos, indican que esta magnitud no puede ser explicada solamente por la falta de esfuerzo de los estudiantes".

Los autores del informe insisten en la necesidad de extremar las cautelas y evitar que la aplicación de las normas de progreso y permanencia "castigue" al estudiante por factores ajenos a su esfuerzo y dedicación. Proponen que los grados con tasas de rendimiento inferiores al conjunto de la ULPGC (60%) pongan en marcha "a la mayor brevedad" procesos de reflexión y análisis "para localizar aquellas materias que están lastrando estas tasas de rendimiento" y acometer y dinamizar las mejoras oportunas y necesarias.

"Las normas exigen a los estudiantes aprobar el 50% de los créditos matriculados en todos los grados excepto en las ingenierías que es el 40%. Esta diferencia, al considerarse más difícil las ingenierías, está bien, pero hay que llevar estas reservas a todos los grados que se encuentran en esta situación. Esto es como las terapias médicas, tienen que ir dirigidas en función de cada persona, en este caso en función de cada grado", concluyó.

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