Las compañías de tecnología que se dedican al software empresarial nunca van a igualar el glamour de sus consumidores. Mark Zuckerberg de Facebook es un nombre muy conocido, pero muchos se verían en apuros si tuvieran que identificar a los ejecutivos de SAP o de Oracle aun cuando usan sus productos a diario.

Para los inversores, sin embargo, aburrido no tiene por qué no ser atractivo. Como lo demuestran los resultados del segundo trimestre en SAP y Microsoft, la vieja guardia marcha bien a pesar del cambio generacional y de cómo se compra y usa hoy día la tecnología.

La nube informática, que utiliza redes de servidores remotos alojados en Internet para ejecutar tareas de tecnología (en lugar de hacerlo a nivel local), está obligando a SAP, Oracle, Microsoft y otros a adaptar productos y modelos de negocio. Ha dado origen a empresas emergentes de rápido crecimiento como Salesforce.com, Workday, y Amazon Web Services, que ofrecen sistemas menos engorrosos basados en suscripciones.

SAP y Microsoft comenzaron a hacer ajustes hace un tiempo. SAP cree que, para 2018, sus ventas de software basado en la nube serán mayores que los productos tradicionales. Ha logrado 13 trimestres consecutivos con más del 30 por ciento de crecimiento en servicios para la nube, sin contar los efectos de las fusiones y adquisiciones.

Las ventas de Microsoft en su división para la nube informática subieron un 6,6 por ciento a US$6.700 millones en el trimestre. Los ingresos de Azure, la plataforma de Microsoft que vende potencia y servicios informáticos para centros de datos, se ha duplicado en dos trimestres consecutivos.

Nomura estima que la nube representará alrededor del 30 por ciento de las ventas de Microsoft para mediados y fines de 2018, cuando sólo representaba un 5 por ciento a principios de 2015. CEO Satya Nadella merece el crédito por empezar a arreglar a Microsoft después de los pasos en falso que diera su predecesor Steve Balmer, incluyendo la desastrosa compra que destruyó el valor del negocio de los teléfonos móviles Nokia.

Por supuesto, estamos en las preliminares de la era de la nu- be. La vieja guardia debe demostrar aún que puede reducir cos-tos para proteger sus márgenes, mientras es lo suficientemente ágil como para defenderse de sus nuevos rivales.