Con una agenda repleta de compromisos, Carlinhos Brown llevaba demasiado tiempo lejos de España, el país que, según él, "lo impulsó hacia el mundo" y al que vuelve estos días para dar las gracias con su mensaje siempre optimista, aunque previniendo de que su descontento con la música crece día a día.

"Llevo 37 años subiendo y bajándome de los escenarios. Hoy la pintura me llama como otro camino, con un mensaje que la música ya no me ofrece, porque atraviesa un momento sin credibilidad. Se ha usado para vender de todo, de champús a coches, y no quiero colaborar con ese momento", advierte en una entrevista. ¿Se ha planteado una fecha para abandonar la música? "Es algo en lo que empiezo a pensar, no tanto en dejar la música, sino ese modelo, porque nunca quise ser una estrella del pop. Siento el éxito no porque me digan '¡qué grande eres', sino por haber podido alimentar a mis hijos con el trabajo que tanto soñé", responde.