Organizar, analizar y supervisar el funcionamiento del sistema sanitario canario es el objetivo principal del Plan de Salud 2016 - 2017, aprobado esta semana en el Parlamento con la unanimidad de todos los grupos políticos. El texto arranca con la vista puesta en la modernización del sistema y en fomentar la colaboración con otras instituciones, como consejerías y ayuntamientos, para abordar la cronicidad en la población.
El Plan de Salud 2016 - 2017 tendrá una vigencia corta, de apenas un año y medio, pero servirá de base para que la Consejería de Sanidad establezca los pasos a seguir en sucesivos proyectos que irán marcando las directrices de toda la actividad sanitaria. La idea es que el sistema pueda dar una mejor respuesta a las necesidades del paciente, gracias a una mejor organización, que no necesariamente debe llevar aparejado un incremento del presupuesto económico.
El resultado del texto, que ha pasado por tres legislaturas diferentes, es fruto de la labor de 93 grupos de trabajo conformados por 1.039 participantes, así como de la celebración de conferencias insulares de salud con 565 asistentes, entre los que se encuentran profesionales y usuarios. Es decir, que para ser aprobado el borrador ha tenido que contar primeramente con el respaldo social y luego con el respaldo político, lo que ha motivado, en cierta parte, su retraso.
Precisamente esta ingente cantidad de información y la elevada cantidad de personas que han colaborado es lo que ha movido a Sanidad a aprovechar este trabajo, aunque sea finalmente por un breve período de tiempo. Un período que no puede ser más extenso, según los especialistas, porque los datos recogidos, que datan de hace unos tres años, se quedarían obsoletos.
El último plan fue aprobado hace 19 años, aunque posteriormente hubo otro funcionando sin contar con el visto bueno parlamentario. Sanidad ya ha anunciado que trabaja en el próximo texto, que arrancará en el año 2018 y que tendrá una vigencia mínima de cinco años. De hecho, el trabajo y la supervisión del plan recién aprobado servirá para la elaboración y puesta en marcha del siguiente que, según las previsiones actuales, estaría vigente hasta el año 2022.
El texto actual, que ha contado con el apoyo unánime de todos los grupos políticos que previamente participaron en un debate de varios meses, se centra específicamente en mejorar la atención a los pacientes crónicos, potenciando Atención Primaria, y en abordar la enfermedad cardiovascular, la diabetes mellitus, la salud mental, el cáncer, la calidad y seguridad del paciente, y el uso racional del medicamento.
En este sentido resalta que es vital la implicación de otras instituciones y organismos canarios no sanitarios. Como ejemplo de lo que debería ser este trabajo conjunto, el coordinador del plan, José Luis Arocha, habla de la obesidad en Canarias, "un problema importante" que puede llevar aparejada diabetes, complicaciones cardiovasculares y artrosis, entre otras cuestiones.
Se trata de un problema que no es sólo médico, sino que afecta a todo el Gobierno de Canarias, en opinión de Arocha, por lo que se debería trabajar desde Agricultura (potenciando el apoyo a determinados alimentos menos dañinos), Educación o Deporte. "Además, es necesario fomentar la estructura del deporte municipal, que los ayuntamientos faciliten a los ciudadanos lugares para ejercitarse", expone Arocha como ejemplo de lo que debería ser la colaboración.
Por su parte, el consejero de Sanidad, Jesús Morera, calificó de "hecho histórico" la aprobación del Plan de Salud de Canarias en el Parlamento el pasado miércoles. El máximo responsable de la sanidad canaria agradeció las aportaciones realizadas por las distintas fuerzas políticas, los sanitarios, los sindicatos y los colegios profesionales, así como el respaldo unánime del pleno del Parlamento.
En concreto, los grupos políticos en las diferentes comisiones realizaron algunas aportaciones al borrador entregado por Sanidad, como un aumento de los indicadores de seguimiento, el desarrollo de un plan de salud mental, de una estrategia para incentivar la adherencia de los tratamientos y un plan contra la diabetes, sobre el que se hablaba, pero sobre el que no se profundizaba.
