La Provincia - Diario de Las Palmas

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Un chapuzón al alcance de todos

Cruz Roja dispone de un servicio adaptado en las playas de Las Canteras, Las Burras y El Inglés, que acerca el baño en el mar a personas con discapacidad o con movilidad reducida

Disfrutar de un buen chapuzón en la playa está al alcance de todos gracias al servicio de baño adaptado para personas con discapacidad o movilidad reducida que lleva a cabo Cruz Roja en tres playas de la Isla: Las Canteras, en la capital grancanaria y Las Burras y El Inglés en el municipio de San Bartolomé de Tirajana.

"Es un servicio indispensable para las personas que tienen dificultades para acceder a la playa y disfrutar de un buen baño", indicó ayer en Las Canteras María Chaves, una señora de Valencia, con un 81% de discapacidad, que desde hace muchos años pasa los veranos en Las Palmas de Gran Canaria, donde residió en la década de los 60. "Hace cuatro años podía acceder al mar agarrada del brazo de alguien, me bañaba por otras partes de la playa con ayuda de un familiar, pero tuve un accidente y ahora desde hace unos cuatro veranos utilizo este servicio, y estoy agradecida por ello", indicó.

El baño adaptado, que se creó en 2007, pone a disposición de los usuarios sillas anfibias, muletas y chalecos salvavidas, además de la ayuda del personal de Cruz Roja.

"El servicio tiene dos modalidades, una en la que el usuario nos solicita el material, las sillas de plástico, muletas anfibias, equipo de flotabilidad; y luego está la otra parte, en la que además de las sillas anfibias enviamos a personal para que ayuden a entrar al agua, el paso de las sillas por la arena, o cualquier necesidad que pueda tener la persona. En ambos casos siempre bajo nuestro asesoramiento", informó Einar Almeida, responsable del puesto de Cruz Roja en Las Canteras.

Lo que empezó en 2007 con una sola silla anfibia, ha ido creciendo de forma paulatina estos años hasta disponer en la actualidad de diferentes modelos de sillas adaptadas para el baño, más de 15 sillas de plástico, 20 pares de muletas anfibias, sombrillas... "El servicio está operativo los 365 días del año, porque hay personas con movilidad reducida o algún tipo de discapacidad, que les gusta disfrutar de la playa prácticamente durante todo el año", apuntó Almeida.

No obstante, con la llegada del verano, la demanda crece de forma importante, pasando de dos o tres personas durante los meses más fríos, y de 15 servicios "en los días más suaves del verano", hasta 30 diarios, sobre todo los fines de semana. "Atendemos a cualquier persona con una discapacidad intelectual, sensorial, movilidad..., o a personas mayores que tienen dificultades para tumbarse en la arena, para entrar al agua... la variedad es amplia, al igual que el rango de edad, desde niños hasta ancianos", indicó el responsable de Cruz Roja en Las Canteras.

La ONG destina a cada servicio dos o tres personas, dependiendo de las características de cada usuario y de la ayuda que precisen en base al grado de discapacidad.

"Es una actividad muy agradecida, tanto para el personal de Cruz Roja como para las personas a las que ayudamos. Algunos no se han podido bañar en todo el año, y se aprecia mucho el disfrute que tienen de poder acceder al baño".

Las palabras de Einar Almeida son corroboradas por María Chaves, para la que dicho servicio va mucho más allá de la ayuda al baño. "He hecho amistades aquí y todos estamos muy contentos, porque es la única manera que tenemos muchas personas de poder darnos un baño en la playa, pero no sólo es para bañarse, también charlamos aquí, nos relacionamos, tiene muchas ventajas".

Para Dolores Pérez, también asidua de la playa de Las Canteras, el servicio que ofrece Cruz Roja es único para las personas con movilidad reducida que no cuentan con otro tipo de ayudas.

"Yo vengo aquí casi todos los días, y si el mar está revuelto, ellos me ayudan a bañarme, pero si está en calma no necesito la silla. El servicio es maravilloso, nos dan las sillas de plástico, nos la colocan donde nosotros queramos, me guardan la ropa, y no te cobran un duro. A mi cuñado, que tiene una dependencia muy alta, lo llevan al agua y lo bañan, es la única manera de darse un baño. A mi me gusta la playa pero no puedo ir por otro lado, y gracias a este servicio no nos desconsolamos. Además, ellos nos tratan muy bien, y siempre tienen todo muy limpio, da gusto", concluyó Dolores Pérez.

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