Los startups de África están aprovechando una oportunidad que dicen Google y Apple han pasado por alto: crear aplicaciones para teléfonos no inteligentes.

En una región donde el cliente promedio no tiene un teléfono inteligente o una tarjeta bancaria, cientos de millones de personas sí usan algún tipo de teléfono básico. Esto ha llevado a los desarrolladores a crear aplicaciones simples basadas en texto, que mantienen el consumo de datos bajos y se preocupan de las necesidades específicas de los agricultores, comerciantes y dueños de pequeños negocios locales.

Orange SA estableció recientemente un laboratorio de desarrollo en Camerún, luego de abrir centros similares en Costa de Marfil y Senegal el año pasado.