Si usted está enganchado a Pokémon Go, tenga en cuenta que está mordiendo el anzuelo de las grandes multinacionales. La plataforma móvil que ha revolucionado el sector tecnológico no es un juego, es un Gran Hermano encubierto. Según aseguran los expertos, la aplicación se aprovecha de la "inocencia" de sus jugadores para recabar toda la información posible sobre sus experiencias cotidianas. El objetivo de Niantic, una spin off de Google y auténtico creador de la app de Pikachu, es obtener una gran base de datos que desarrolle el concepto actual de red social. Facebook sabe lo que hacemos, pero la que está por venir dirá lo que tenemos que hacer. De hecho, ya estamos cayendo en sus redes al intentar atrapar pokémons por toda la ciudad. Quien manda es el smartphone.

Los ingenieros Iván Fernández Lobo y Santiago Martín González revelan para LA PROVINCIA / DLP qué hay detrás de este fenómeno mundial. La última moda es hacerse fotos con Pikachu y sus amigos y subirlas a las redes sociales. Vaya fiebre.

El origen. La compañía que ha hecho posible Pokémon Go no es Nintendo como se piensa, sino una empresa nacida en 2010 como extensión de Google: Niantic. El ingeniero informático y mayor experto regional en el ocio digital, Iván Fernández Lobo, afirma que Nintendo es una pieza más del juego. "Lo que quería la empresa estadounidense era captar la mayor cantidad de datos posibles sobre la vida cotidiana de las personas. Y una forma de conseguirlo era a través de Pokémon'", explica. Con este paso, Niantic tendrá capacidad en unos años para modificar la forma en la que se comunican las personas. "El objetivo es crear una plataforma en la que se intercambien el mundo real y el virtual. Es decir, evolucionar el concepto de red social para compartir no sólo informaciones como hasta ahora, sino experiencias".

Las 'Poképaradas'. La base del funcionamiento de la aplicación es el GPS del dispositivo móvil, por lo que su tecnología "no es tampoco muy innovadora", como destaca Iván Fernández Lobo. De hecho, este ovetense impulsó en 2004, junto a un equipo de investigadores de la Universidad de Oviedo, el juego Pocket Adventures, basado en la realidad aumentada y de contenido similar al Pokémon Go. La compañía dependiente de Google diseñó en 2014 otro juego de rol dependiente del GPS, llamado Ingress. "A partir de él, Niantic creó puntos de interés, es decir puso chinchetas en el mapa, que son ahora las 'Poképaradas'. Estos puntos corresponden con las zonas más transitadas y alrededor de ellos el juego va sacando aleatoriamente 'pokémons' a través de un algoritmo", detalla Lobo. Por supuesto, el plataforma no percibe la altura y a juicio de Santiago Martín, del área de expresión gráfica en la ingeniería de la Universidad de Oviedo, tiene el mérito de integrarse perfectamente en la escena. "Que los Pokémon deduzcan dónde está el suelo no es nada fácil. Es muy costoso desde el punto de vista del diseño de la computadora. Lo que hace es calcular la geometría de lo que ve, haciendo secuencias de fotos", dice.

La clave del éxito. La realidad aumentada lleva años funcionando, pero Google ha sabido estar en el momento oportuno. "Cuando nosotros lanzamos Pocket Adventures existía la tecnología necesaria para hacerlo, pero no para instalarlo ya que no todo el mundo tenía móvil con GPS", dice Iván Fernández Lobo, creador de Gamelab, la feria más importante sobre consolas en España. Por su parte, Santiago Martín González, destaca que Pokémon Go es un juego blanco, es decir no promueve la violencia en contrapunto a sus competidores. "La obsesión de Nintendo siempre es crear juegos familiares y saludables. En este sentido, creo que está cuestionando el papel del jugador tradicional, que siempre está en casa y solo", señala.

El negocio. La aplicación móvil se descarga gratuitamente, por tanto la pregunta es: ¿De dónde sale el dinero? Iván Fernández Lobo explica que las posibilidades de negocio son enormes. Para empezar, los aficionados que quieran acceder a ciertos objetos o funciones podrán comprarlos. Otra fuente de ingresos son todos los dispositivos relacionados con el juego, como las pulseras Pokémon Go Plus. El dispositivo se conecta al teléfono móvil a través de Bluetooth y, mediante un led y vibraciones, notifica al jugador de acontecimientos del juego, como, por ejemplo, la aparición de un pokémon en las proximidades. Otra de las vías que están dejando más dinero a los creadores de Pikachu es la posibilidad de que las empresas paguen por colocar en las proximidades de su tienda un gran número de 'pokémons'. "Es una forma de acercar al cliente al establecimiento y de que consuman", dice Santiago Martín. No obstante, todo ello no ha impedido que Nintendo cayese ayer un 18% en Bolsa al desinflarse su impacto social.

La oportunidad. Pokémon Go ha generado una doble reacción en el sector de los videojuegos, según opina Iván Fernández Lobo. Por un lado, de decepción y por otro, de oportunidad. Con la primera, el ingeniero informático se refiere a todos aquellos profesionales que veían venir que la realidad aumentada iba a marcar un antes y un después en el sector y sin embargo no apostaron lo suficiente por ella. Y con la segunda, Lobo se refiere a la puerta que abre el juego de Pokémon. A partir de ahora no sólo se podrán impulsar nuevos videojuegos basados en el GPS del móvil, sino participar en la nueva red social que maquina Google. Con respecto al nacimiento de juegos, Santiago Martín cree que Pokémon Go puede tener una aplicación en el ámbito turístico. Propone por ejemplo una app que ofrezca a los visitantes la posibilidad de hacer una visita virtual de la ciudad con la búsqueda de monumentos.