La princesa Carlota Casiraghi cumple hoy treinta años convertida en un referente de moda y estilo que en la última década se ha afianzado incluso arropada por firmas de primer nivel como Gucci, marca para la que fue modelo en algunas campañas.

Tan redondo aniversario no lo vivirá sola sino con su nuevo amor, el cineasta y noble italiano Lamberto Sanfelice. El romance fue destapado por ¡Hola! retratándolos en las calles de París en noviembre del pasado año y, desde entonces, no ha hecho más que afianzarse.

Carlota -nieta de Raniero III de Mónaco y Grace Kelly- ha tenido una vida marcada por avatares familiares. Cuando tenía cuatro años de edad, su padre, Stéfano Casiraghi, fallecía en un accidente náutico durante una competición.

La madre de la pequeña, Carolina de Mónaco, se retiró junto a sus tres hijos a la Provenza francesa durante varios años -donde aprendió a considerar la naturaleza lo que le ha marcado incluso en su forma de vestir, eligiendo prendas de tejidos orgánicos mayoritariamente, según ella misma ha destacado en alguna entrevista- hasta regresar a Mónaco y la vida palaciega. Entonces, Carlota contaba con seis años de edad.

Su glamour comenzó a reinar en Mónaco durante la adolescencia y no ha parado. El amor la ha llevado también a ocupar millones de páginas de revistas del corazón que cotillearon sobre su relación con Desde finales de 2012 mantenía con el actor marroquí Gad Elmaleh, quince años mayor que ella, y con el que tuvo a su primer -y hasta ahora único- hijo, Raphaël, nacido el 17 de diciembre de 2013.

La relación siempre estuvo asediada de críticas y dardos hasta que finalizó en octubre de 2015. Poco después llegaría la confirmación de su enamoramiento con Sanfelice. Durante meses, ambos vivieron el inicio del noviazgo desde la distancia -ella residía en París; él, en Roma-. La pareja se alimentó con fugaces visitas de fin de semana. Pero ahora parece que la princesa monaguesca se ha mudado hasta la Ciudad Eterna para rehacer su vida junto al cineasta italiano.

Tras meses de rumores, la confirmación del romance llegó hace unas semanas cuando se pudo ver a la pareja durante la tercera edición del Longines Paris Eiffel Jumping, por primera vez juntos en púlbico, en el palco VIP.

Lamberto y ella comparten origen aristocrático. Él es sobrino del duque de Bagnoli y descendiente de una familia de nobles italianos con varios siglos de historia. ¿Se consolidará la pareja? Solo el futuro tiene la respuesta.