El argentino Miguel Ángel Reigosa, conocido como "el rey del whisky", presume en cada reunión de poseer, gracias a su espíritu "luchador", la colección privada más grande del mundo de esta bebida espirituosa y de estar a sólo 483 botellas de superar al emblemático Museo del Whisky de Edimburgo, en Escocia. Este "agua de vida", como se traduce el término en gaélico, enamoró a Reigosa con sólo 14 años.