"Necesitamos lápices, rotuladores, pequeñas libretas, afiladores, gomas de borrar y folios en blanco". Tras este sencillo llamamiento se esconde el proyecto de cooperación, educativo y social, de un grupo de canarios implicados con los niños de la ciudad de Lamin, en Gambia. Se trata de un proyecto de compromiso y solidaridad, en la búsqueda de un futuro mejor, tras ver durante años como los menores sin recursos de esta región son explotados laboralmente. Así nació Canarias Lamin School de Gambia, todo un ejemplo de intervención ciudadana que no ha parado de crecer y que solicita ahora, a través de la Clínica Eurocanarias Oftalmológica, una ayuda en forma de material escolar, porque el progreso se esconde en un lápiz.

El colegio fue fundado hace 14 años por el Comité del Pueblo para atender a las familias más necesitadas de Lamin. Al principio, el proyecto educativo contaba con dos aulas y un presupuesto anual de 150 euros. En 2007 se construyó un edificio nuevo gracias al capital recaudado por el programa De todo corazón de la Televisión Canaria y a la aportación de Javier Blanco, por medio de la agencia turística Viajes Drago, de su propiedad, que volaba todas las semanas a Banjul. Ahí comenzó el vínculo con Blanco, un empresario grancanario jubilado, que, en lugar de disfrutar de un retiro sin grandes preocupaciones, se ha convertido en el presidente del Proyecto Gambia, centrado en esta escuela.

"Nosotros habíamos entregado material alguna vez, cuando lo conocimos a través de su director. Me enseñaron las instalaciones y, con ese pronto que tenemos los canarios dije, sin pensarlo mucho, que había tirarlo abajo y hacerlo de nuevo", relata. Dicho y hecho. Le tomaron la palabra y pudieron acometer el proyecto con la colaboración de la televisión autonómica.

Entre todos, integrados en la ONG Aseda Gambia, lograron levantar un nuevo colegio en un edificio de dos plantas. El resultado, al ver el ritmo con el que se actuaba, animó a una mayor implicación por parte de Blanco y su entorno. Ahora, la ONG holandesa Niños de Lamin se ha unido al proyecto con la intención de construir un nuevo edificio con tres plantas de altura en el que se instalarán las aulas de Secundaria, la High School en esta antigua colonia británica.

Con esto, según Blanco, se cumple uno de los principales objetivo de un proyecto y que consiste, al ser un colegio comunitario para los niños más pobres de Lamin, en poder ofrecer el ciclo formativo completo, desde Primaria hasta Secundaria. Solo en estas clases, las de los mayores de la escuela, esperan más de 500 alumnos de un total de 800. "Lo importante es que puedan terminar el ciclo formativo", explica Blanco, que pretende aumentar el alumnado el próximo curso hasta los 1.100 estudiantes.

Pero no todo gira en torno a la labor pedagógica. El colegio Lamin Canarias, situado en una ciudad con un censo de 25.000 habitantes, cuenta con una despensa de medicamentos habilitado para la comunidad, al ser el sustento médico uno de los apartados con mayor demanda y donde la sociedad sin ingresos de Lamin encuentra una de sus principales carencias. El dispensario, de hecho, esta desbordado por la lejanía del Hospital de Banjul, la capital de Gambia. Por este motivo, el centro escolar repetirá la campaña actual pero en busca de medicinas y antibióticos.

Por otro lado, la ONG Aseda realiza una apuesta clara por la formación de las niñas y el posicionamiento de la mujer como gran sustento de las economías familiares. "Tenemos 312 niños apadrinados de los cuales, un 80% son niñas", expone Blanco antes de recordar una anécdota en la que la embajadora de Estados Unidos le preguntó por el motivo de esta apuesta. "Nosotros creemos que si educamos a una niña, estamos, con el tiempo, educando a toda una familia", revive. La respuesta de la diplomática norteamericana llegó en forma de ayuda mensual durante los siguientes cuatro años.

El centro ahora cuenta con un aula de costura para mujeres y se fija el reto de abrir un aula de hostelería, "para acceder al mercado laboral de la zona turística", explica.

El Colegio no se olvida de sus estudiantes una vez finalizado el ciclo. Actualmente están costeando los estudios universitarios de Magisterio de tres de sus exalumnos y otra de mecánica. "Es su ilusión, tiene buenas notas y nosotros les animamos a estudiar y hacer en la vida lo que decidan", señala Blanco. Esta ayuda, con unos 300 euros trimestrales por alumna, repercutirá también en el conjunto, ya que las futuras profesoras regresarán al centro escolar para enseñar a otros niños. De esta manera el circulo no se detiene. "Otra quiere ser enfermera porque asegura que es lo que necesita el país". Pero el ejemplo para todos está en un alumno que tras formarse en el Canarias Lamin School es hoy todo un señor diplomático. "Nunca se sabe lo que puedes conseguir con un lápiz y una libreta", concluye el presidente de esta asociación, Javier Blanco.

Con todo esto, el colegio canario se ha ganado el cariño de todo Lamin. Y ahora necesitan lápices.