El Papa ha constituido el dicasterio Laicos, Familia y Vida, que engloba los antiguos Pontificio Consejo para los Laicos y el Pontificio Consejo para la Familia, a través de un Motu Proprio firmado por Francisco el 15 de agosto, y hecho público ayer por el Vaticano. "Las competencias y funciones hasta ahora referentes al Pontificio Consejo para los Laicos y el Pontificio Consejo para la Familia serán transferidos a este nuevo dicasterio a partir del próximo 1 de septiembre, con la cesación definitiva de los susodichos Pontificios Consejos", ha subrayado Francisco en el documento papal en el que se informaba de los cambios.

Francisco, que ha puesto al frente de este dicasterio al hasta ahora obispo de Dallas, monseñor Kevin Joseph Farrell, ha manifestado que tendrá estatutos especiales. "Lo que ha sido establecido deseamos que tenga valor ahora y en el futuro, no obstante cualquier cosa contraria", añade.

La centralización de las respectivas competencias de los antiguos Pontificio Consejo para los Laicos y el Pontificio Consejo para la Familia que ahora quedan reunidas en un solo organismo, que iniciará su función el 1 de septiembre de 2016, es parte del proceso de reforma y simplificación de la Curia Romana. En este sentido, el Pontífice señala en el Motu Proprio que los dicasterios de la Curia Romana deben ser conformes a las situaciones del tiempo actual, de manera que se adapten a las necesidades de la Iglesia universal". "En particular nuestro pensamiento se dirige a los laicos, las familias y la vida a los que deseamos ofrecer apoyo para que sean testigos activos del Evangelio en nuestro tiempo y expresión de la bondad del Redentor", concluye.

Durante la audiencia general de ayer miércoles, el Papa pidió a los cristianos que sean "instrumentos visibles" de la misericordia, al tiempo que ha llamado a los jóvenes a construir el futuro poniendo en primer lugar la llamada de Cristo. En la catequesis que ha celebrado en el aula Pablo VI del Vaticano, Francisco reflexionó sobre la multiplicación de los panes y los peces y ha resaltado que es simbólicamente el mismo acto que todo sacerdote cumple cuando celebra la eucaristía. El Pontífice señaló que "la comunidad cristiana nace y renace de la eucaristía", que no significa "vivir pasivo y ser un extraño de la vida cotidiana" sino que cada creyente sea "actor de la misericordia".