La Ludum Dare, la plataforma de desarrollo de videojuegos online más internacional, dio el pistoletazo de salida ayer de manera simultánea en distintos puntos del planeta, entre los que se encuentra el Edificio Incube, aceleradora e incubadora de ideas de Gran Canaria. Este emplazamiento en Infecar es escenario de la sexta edición de este acontecimiento planetario en la Isla -la decimotercera a nivel mundial- , que congrega este fin de semana a más de 50 participantes o gamers. Su reto: culminar su propio videojuego en sólo 48 horas, con todos sus elementos de arquitectura, diseño, música, literatura, cinematografía e interactividad imbricados a la perfección.

Tras romper el hielo con la recepción de participantes y charlas introductorias, los proyectos comenzaron a fraguarse anoche a partir de la organización en equipos multidisciplinares aleatorios. Cada trabajo debe gravitar alrededor de una única temática, seleccionada y difundida a nivel mundial, que los participantes grancanarios conocieron esta madrugada, en sincronización con Estados Unidos, sede mundial del evento.

Por lo tanto, una vez repartidos los respectivos roles de desarrolladores, programadores, diseñadores, ilustradores, dibujantes, músicos o audiovisuales, los participantes disponen de dos jornadas -hoy y mañana- para rematar un videojuego original entre las paredes del Incube. Durante el proceso, los participantes conviven a tiempo completo en las instalaciones hasta el desenlace final, mañana, con la presentación de los proyectos.

Entre los equipos de trabajo, sobresale un quinteto integrado únicamente por mujeres, a quienes la organización autorizó su agrupación previa. Una de las componentes, Miriam Cabrera, de 20 años, estudiante del Grado de Ingeniería Informática en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) explicó que "nunca se había visto en la Ludum un equipo compuesto sólo por mujeres". "Sabíamos que los equipos se decidían de manera aleatoria pero, cuando consultamos esta posibilidad, nos lo permitieron", reveló.

"Por desgracia, el mundo del videojuego es más de hombres que de mujeres y, por eso, nos hemos propuesto unirnos y romper un poco con eso". Al igual que sus cuatro compañeras, se trata de la primera vez que Miriam participa en una Ludum Dare, toda vez que las cinco debutan "sin ideas previas y con muchas ganas de aprender". Además, "todas queremos dedicarnos al videojuego en el futuro", declaró otra de ellas. Algunas han asistido a diversos cursos o talleres relacionadas con la materia, pero destacan que la Ludum Dare supone "una oportunidad de sacar tu trabajo adelante en equipo".

En este sentido, Adrián Rivero, uno de los organizadores del evento en Gran Canaria, destaca como un "valor" el hecho de que la constitución de equipos sea azarosa, un aspecto que no comparten todos los países implicados. "Esto es algo que fuimos cambiando", explica. "Al principio, generó mucha polémica porque varios participantes se conocen de antemano y siempre cuesta salir de la zona de confort", señala, "pero cada vez escuchamos más que el evento ha mejorado a partir de entonces". "El resultado es una experiencia muy intensiva, en la que se aprende mucho".

A este aspecto, Rivero añade a favor de la Ludum los puntos que suma la creación de un videojuego propio a nivel curricular, además de la presencia crucial de los "cazatalentos". Y es que cada Ludum Dare cuenta con la presencia de profesionales y expertos en el área, que ejercen de "mentores" en el seguimiento de cada equipo. "Ellos estarán echando un vistazo y, cada vez que perciban que alguien destaca o se implica más que el resto, le ofrecerán que envíe su currículum a una compañía", apunta. "En cualquier empresa, presentar un juego hecho te abre más las puertas; da igual el currículum que tengas o lo que hayas estudiado".

Esta edición cuenta con la presencia de Juan Pablo Ordóñez (Gamification Spain Meetup), David Alonso Urbano (Video Game Design & Development, Esne - UCJC), y Luis Antón y Aitor Lozano (empresa PlayMedusa), quienes brindaron algunas charlas en la jornada inaugural. "La Ludum es una experiencia única para futuros desarrolladores de videojuegos, en el sentido de que ya están preparados para encontrarse directamente con el desarrollo de un juego cara a cara", apuntó Lozano. "Y en el caso de Gran Canaria, también suma el hecho de que prime la cooperación entre personas que apenas se conocen entre sí para poder sacar el trabajo a tiempo y en equipo". Por su parte, Rivero destacó también el papel de los mentores en el resultado final de los trabajos: "Antes, los juegos no se acababan porque la gente no sabía cómo terminarlos pero, ahora, con ayuda de los mentores y su seguimiento, siempre quedan terminados".

Con todo, esta "competición amistosa", tiene como único premio la culminación del videojuego y la experiencia creativa que aloja detrás. Sus resultados se proyectarán mañana en el Centro Demostrador de las TIC, en Infecar.