Unos 600 pacientes al año. Es el volumen de canarios con trastorno de conducta alimentaria a los que atienden las unidades de Salud Mental del Servicio Canario de Salud (SCS). Según datos de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, durante 2015 fueron diagnosticados 573 enfermos con patologías como anorexia o bulimia, aunque el área atiende otro tipo de dolencias relacionadas con la conducta a la hora de la alimentación.

Respecto al año anterior se produce un pequeño descenso, ya que en 2014 fueron 583 los atendidos. Respecto a la distribución por patología, en 2015 presentaron anorexia un total de 109 frente a 95 con bulimia nerviosa. El resto corresponde a otros trastornos, que según explica la psiquiatra de la unidad de atención a estas patologías en el Hospital Universitario de Canarias, Mariella Sanginés, reúne a aquellas pacientes que no entran del todo en el cuadro sintomático de las otras dos dolencias. "Hay que tener en cuenta por ejemplo el peso de partida, porque se puede dar el caso de que una persona pierda mucho peso al tener una conducta restrictiva de comida pero no alcancen mínimos porque empezó con sobrepeso", explica la doctora. Es decir, que sufre el mismo trastorno por el que evita alimentarse pero a nivel físico no se refleja, aunque esta cuestión no la exime de requerir tratamiento.

La mayor parte de las consultas corresponden a mujeres, casi el 91%, aunque según Sanginés "la incidencia en varones está en aumento", un cambio que la doctora considera que puede obedecer a que "ahora hay mayor sensibilización sobre este tipo de trastornos". "En cualquier caso, siguen siendo patologías eminentemente femeninas", aclara la psiquiatra.

Y también tiene mucho que ver la edad. Según los datos del SCS, las más jóvenes son más habituales en las consultas, cuestión que corroboran las responsables de la unidad del HUC, Mariella Sanginés y la psicóloga clínica María Paz. Respecto a la anorexia la franja de edad que acumuló el pasado año un mayor número de pacientes fue de 19 a 32 años, con 32; mientras que en el caso de la bulimia el perfil incluye una edad algo mayor: el mismo número de casos tenían entre 31 y 45 años.