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Los rescatadores olvidados

Pescadores tinerfeños salvaron a 23 pasajeros del accidente de un avión de Spantax hace hoy 50 años

Rescatadores y supervivientes descubren su monumento en 2014. J. L. GONZÁLEZ

El 16 de septiembre de 1966, un avión DC-3 de la compañía Spantax, que iba de Tenerife a La Palma, tuvo un problema dos minutos después de despegar con uno de los motores y se vio obligado a hacer un amerizaje de emergencia a dos millas de los acantilados del municipio de El Sauzal. Cerca de allí se hallaban aquella mañana faenando media docena de barcos pesqueros que al advertir la maniobra del avión se dispusieron a ayudar.

"Se escuchó un estampido que parecía una bomba y le dije a mi hermano que nos acercáramos a ver qué había sucedido", cuenta Juan Ravelo, uno de los rescatadores que lograron salvar a 23 de los 24 pasajeros de la aeronave. Solo hubo un fallecido, Fernando Izquierdo, que en aquel momento era juez de paz de La Victoria y que tal y como indicó la autopsia pudo morir debido a un ataque cardiaco por el shock derivado del accidente.

"La mayor parte de la gente ni se mojó los zapatos", cuenta Julio Báez, uno de los supervivientes del accidente. Lo cierto es que las lanchas llegaron momentos antes de que el aparato se fuera a pique. "El piloto dijo que los que supieran nadar se tiraran al agua y el resto se subieron en las lanchas", explica Báez, quien asegura que le salvaron la vida, "porque estoy seguro de que no hubiera llegado a tierra nadando".

Cuando las lanchas con los supervivientes llegaron a tierra todos se deshicieron en lágrimas y llantos, mientras algunos familiares de los pescadores que vivían por los alrededores dieron la primera asistencia a las víctimas.

Los rescatadores del accidente que hoy cumple medio siglo evitaron una tragedia que formaría parte de la crónica negra de la aviación en Canarias, pero su hazaña cayó en el olvido durante décadas y solo en los últimos años ha comenzado a reconocerse su valor.

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