¿Qué ha supuesto el Campus de Excelencia Internacional para la ULPGC?
Yo creo que fue un ejercicio extraordinario el que tuvimos que hacer la universidad española y en particular la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que nos ha permitido establecer unos planes estratégicos importantes, muy serios, en donde estamos definiendo no sólo la estrategia local de una universidad, sino su identificación en un contexto de universidades generalistas, pero no sólo a nivel español sino internacional. Establecer el valor marino y marítimo de la ULPGC define una personalidad, sin dejar de lado el resto de los títulos como Turismo, Ciencias de la Salud, Ingenierías... todo ellos pueden estar también y de hecho cada vez lo están más, vinculándose a este contexto de la economía azul, cada vez más importante en la sociedad actual y en el mundo.
Ha sido, además, la primera vez que las dos universidades canarias han camino juntas en un proyecto de esta envergadura.
En efecto, este Campus de Excelencia Internacional permitió acercarnos a las dos universidades canarias, y creo que ahí todavía tenemos un camino por hacer y por trabajar. Debemos hacer un esfuerzo porque, dentro de la personalidad de cada una, nuestro trabajo no es competir sino colaborar, porque tenemos una misión que es Canarias, y en este sentido, cada una tenemos nuestra estrategia, pero hay muchas cosas que compartimos y ahí tenemos que seguir avanzando.
¿Qué papel puede jugar el Campus de Excelencia en el futuro de Canarias?
Las Universidades hemos hecho nuestra tarea, ahora le toca al Gobierno de Canarias. Cuando se inicia una travesía tenemos por delante un horizonte, pero ahora tienes que saber a dónde te diriges en ese horizonte. Nosotros definimos el horizonte y ahora el Gobierno canario tiene que marcar el rumbo.
¿Y ve al Gobierno interesado en marcarlo?
Si la Universidad tiene dificultades, el Gobierno de Canarias tiene todavía más. Gobernar sin dinero es muy complicado, gobernar queriendo atender a todos es muy complicado, y ahí es donde tenemos que decidir. En ocasiones los pueblos, las regiones, los países, han tenido que tomar decisiones estratégicas que han significado sacrificios, que han sido explicadas a la población y ésta las ha asumido. Sin ir más lejos, el País Vasco hizo una reconversión industrial dolorosa pero hoy es el número uno de España en I+D. Para que esto sea posible tenemos que tener muy claro a donde vamos, como vamos a ir y contar con la sociedad. Entonces será el momento en el que nosotros seremos los dueños de nuestro futuro, porque hoy por hoy de las sensaciones más amargas que tengo, es que no somos los dueños de nuestro futuro, nos lo marcan otros, de España y de fuera de España.
¿Está preparada Canarias para asumir ese reto?
La gran tragedia de Canarias es el abandono escolar, y el gran problema del fracaso escolar es que no es el fracaso del alumno, sino el de la escuela, y de la sociedad. Si no lo entendemos así estaremos navegando en el fracaso. De lo que no nos damos cuenta es que este fracaso escolar es mayor en las regiones que como Canarias están sustentando su economía en los servicios, y esto es lo que tenemos que considerar, si no cambiamos nuestra estructura, los chicos se irán porque ganaran mucho dinero en poco tiempo en los servicios, y entonces tendremos un país de camareros, como decía un artículo de El Mundo. Esto es un dato real, dicho de una manera muy bruta, pero es que España es un país dedicado al sector servicios y esto es un gran problema. Estamos por debajo de la media en número de universitarios que hay en Europa.
¿Cuál es la clave de esta transformación?
Creo que Canarias se merece un futuro distinto del que tiene, y ese futuro distinto tiene que estar basado, de verdad, en personas formadas, no para repetir lo que se está haciendo, sino para cambiar las cosas. El conocimiento es acomodativo y la generación de nuevo conocimiento no es sumatoria, es exponencial, en poco tiempo se generan muchas más cosas. Hasta no hace mucho Nokia era el teléfono de referencia, ya no, luego la blackberry, y en menos de cinco años nos hemos olvidado de ella. Ahora Apple está dubitativo, y los coreanos están despuntando, y lo hacen porque han hecho una apuesta absoluta por la I+D. Una sola unidad de I+D en Corea del Sur tiene 25.000 investigadores y la otra 15.000, y la otra 10.000. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas no tiene 9.000 en toda España. Eso debe servir para pensar quien gana el futuro, y lo gana quien invierte en I+D. Nosotros tenemos que hacer la I+D en aquellas áreas que son competitivas para nosotros, y la tarea nuestra es definirnos, no podemos seguir empeñados en mantener cosas que ya no son competitivas.
¿Y cuál es el papel de la Universidad en ese cambio?
La Universidad es vital. El problema de la universidad española es que España todavía no se ha dado cuenta de que no ha apostado por la I+D. Formamos gente muy competente, pero se los llevan fuera, los acogen con los brazos abiertos.
¿Qué se le pasa por la cabeza cuando oye a los políticos que sobran universitarios en España?
Bueno eso no lo han dicho todos los políticos, lo ha dicho uno en concreto que ha sido la persona más dañina para la educación en España, el ex-ministro Wert, que tenía un desconocimiento muy profundo de la Universidad y de la educación, y eso que decía no es cierto. España tiene menos universitarios y menos universidades que la media de los países europeos, por tanto no se puede estar intoxicando.
¿Menos universitarios y muchos se van fuera cuando terminan la carrera. ¿Cómo se puede cambiar con este panorama?
La salida para ese potencial enorme de universitarios es la I+D. España ha basado su economía en la construcción y en el turismo. La construcción dio riqueza para unos cuantos, y se acabó, pero no cambió el país, Respecto al turismo, yo me pregunto cuánto durará, si lo controlamos o el turismo nos controla a nosotros, y cuánto del turismo es nuestro. Recibimos mucha gente, y está muy bien pero, de toda esta enorme energía económica que genera el turismo ¿cuánto es nuestro? Ahí hay mucho que hacer, porque cuando se hacen seminarios, o se publican libros sobre turismo, sólo hay políticos, empresarios y constructores, pero no hay profesionales del turismo, no se había considerado a ninguno. Hay que valorar la formación y la innovación.
Volviendo a Canarias, ¿por dónde debe empezar el cambio?
El problema de Canarias es que perdemos tanto tiempo en mantener de todas las manera posibles lo que existe, a sabiendas de que no tiene futuro, que no nos damos cuenta de que tenemos que abrirnos a nuevos campos. ¿Cuánto hemos innovado en el sector primario en los últimos tiempos?, es inmoral que tengamos que tirar 15 millones de kilos de plátano al barranco, debemos cambiar a una cosa que si podamos vender, y lo mismo diría con la ganadería y con la pesca. ¿Tenemos la ganadería que puede sostener las islas? En una isla que no tiene pastos, que el vacuno produce un producto devaluado porque recibimos leche de todas partes, ¿no podemos hacer otra cosa?
¿Qué estrategias propone?
Hay empresas jóvenes que están trabajando, que son exportadoras, y yo apuesto por los exportadores, por las personas que exportan sin pedir un duro a nadie. Hay que pensar, reflexionar y desarrollar productos nuevos en todo el planeta, y para eso está la Universidad. Canarias está en una posición en la que se pueden generar cosas que tengan mucho peso de conocimiento porque éste paga pocos fletes. Tendríamos que atraer empresas importantes en generación de conocimiento que se posiciones en las islas, que induzcan a la generación de nuevas empresas aquí. Pero debemos estar en este camino con un objetivo que no es Europa, sino África, pero no como la vemos en estos momentos, que es meto mi empresa y hago negocios con los africanos, sino plantearnos generar empresas en África que sean socias de nuestras empresas y podamos trabajar conjuntamente.
