El panga no es bien visto en muchos lugares. Y esa percepción negativa sobre este pescado de procedencia asiática, que experimentó un boom de ventas en España durante la pasada década por su bajo coste, no es nuevo. El catedrático Luis Serra Majem desaconsejó su consumo el martes, durante la apertura oficial del curso en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, pero antes, en otros lugares del país, otros tomaron la decisión de sacar el panga de los menús de los centros públicos.
En Galicia, en 2011, tras la denuncia de los armadores, la Xunta abrió una línea de investigación para comprobar si había restos de arsénico y antibióticos en partidas procedentes de Vietnam. A partir de ahí, el Ejecutivo gallego optó por retirar su presencia en los menús de colegios, hospitales y centros públicos.
En 2011, siete firmas de restauración que prestaban sus servicios en comedores escolares vascos a unos 146.000 niños retiraron el panga de las escuelas después de que la Organización de Consumidores y Usuarios alertara sobre la presencia de índices elevados de metales y pesticidas en una partida procedente de Vietnam.
En junio de este año, la consejería de Educación del Gobierno de Aragón estableció, en el nuevo concurso para el servicio de comedores escolares, dar más puntos a las empresas que eliminasen el panga y las comidas precocinadas de sus menús con el objetivo de primar la calidad sobre el precio.
En la nueva licitación de Aragón se valoró la calidad con 30 puntos (eliminar el panga y la tilapia, eliminar frituras y comidas precocinadas, incluir frutas y verduras de temporada, entre otras cosas), y el precio con 20. También se tuvo en cuenta la inclusión en el menú de productos ecológicos, la incorporación de una persona de apoyo para la gestión del comedor que ayude a los equipos directivos, la rotación de menús, las mejoras en las cocinas y el compromiso de eliminar las barquetas de plástico.
En ese sentido, el uso de recipientes de plástico para conservar y calentar la comida fue motivo de estudio en los últimos meses en Aragón y, en base a esa discusión, el propio Ejecutivo aragonés, las empresas de catering, la Universidad de Zaragoza y la Plataforma por unos comedores escolares públicos de calidad crearon -a petición de las familias- un grupo de trabajo que descartó que hubiera migración de partículas de las barquetas a la comida. Aun así, en el nuevo concurso de comedores favoreció el uso de acero inoxidable y limita el plástico.
En Castilla y León, desde este año, en el concurso para la adjudicación del servicio en los comedores escolares también suma la eliminación del panga en el menú.
