La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Mario Reyes: "No hace falta dinero para ser mejor padre, mejor pareja o ser más humilde"

"Mi libro es una guía para aprender a forjar un proyecto de vida, algo que normalmente no tenemos", señala el autor de 'Las tres cosas que te quedan por hacer'

El psicoterapeuta Mario Reyes. LAURA CARADUJE

En la presentación de su libro, allá donde va, propone a los asistentes un ejercicio de reflexión. ¿Qué es lo que les dice?

Cierren los ojos y relájense. Respiren hondo. Imagínense ahora que se suben a un descapotable. Hace un día estupendo. Arrancan. Ponen las manos en el volante y comienzan a subir la carretera hacia una montaña maravillosa. Están felices, disfrutando del paisaje al tiempo que la brisa les alivia el calor del sol. Pero de repente aparece un camión. ¿Qué está haciendo ese conductor? Se viene hacia ustedes, invade su carril y les golpea. El coche que conducen se cae por el barranco. Se golpean contra las rocas. El vehículo explota. Están muertos. Ya no pueden hacer nada, sólo se les permite hacer un repaso de su vida. Y es entonces cuando se dan cuenta de todo lo que les ha faltado por hacer, de lo que les hubiera gustado cambiar y no han hecho. Ser mejores padres, mejores parejas... Ahora abran los ojos. Tengo una buena noticia: ustedes están vivos y aún tienen tiempo para conseguir lo que se propongan.

¿El libro es una guía para encontrar el sentido de la vida?

Es una guía para aprender a forjar un proyecto de vida, algo que normalmente los humanos no tenemos. Decía Séneca que si uno no sabe a qué puerto se dirige, ningún viento va a ser favorable. Normalmente nosotros no marcamos nuestros puertos y la vida nos va llevando siempre a los mismos, estemos contentos con el destino o no lo estemos. Por seguir con la metáfora, un puerto es ser padre, es ser hijo, es ser pareja... Si nosotros sabemos tomar la dirección correcta para llegar a cada uno de esos puertos seguro que los vientos nos van a ser mucho más favorables.

¿Entonces es un libro de autoayuda?

Bueno, a mí me gusta más decir que es un libro de crecimiento personal, pero también podría decirse que es de autoayuda.

¿Y usted está convencido de que es posible cambiar de vida leyéndose las noventa páginas de Las tres cosas que te quedan por hacer?

No hace falta escribir un tocho pesado para plasmar el mensaje que pretendo enviar. He buscado una fábula sencilla, pequeña, para que la gente tome conciencia de las cosas. Además se incluyen unos ejercicios que pueden ayudar a los lectores a conseguir ese objetivo del cambio.

El protagonista de esa fábula es Germán. ¿Hay algo de usted que aparezca reflejado en el personaje?

Lo hay todo. Es prácticamente un libro autobiográfico. Germán es igual que era yo antes de cumplir los cincuenta años y dar un vuelco a mi vida. Es el clásico hombre occidental que enfoca su vida con la filosofía del "si tengo, soy". Es decir, el típico que se pasa la vida trabajando para hacer dinero sin pensar en nada más. Si yo me hubiese muerto con cincuenta años, cuando inicié mi primer proyecto de vida, hubiese acabado con muchas cosas por hacer. Yo tenía un Mercedes, era un empresario de éxito, contaba con fama social... Pero en realidad mi vida estaba vacía. Cuando decidí cambiar nació el segundo personaje de la fábula, Nicolás, que le enseña a Germán todo lo que debería de haber hecho. En la vida hay muchos Germanes que no han sabido o no han tenido la valentía de vivir a gusto consigo mismos.

¿No cree que es difícil romper radicalmente con el pasado?

Es difícil y doloroso; cuando uno decide hacer un cambio en su vida le entra el vértigo y lo pasa mal. Cuando haces ese cambio es verdad que hay mucha gente que se va de tu vida, pero lo grandioso es que llega mucha gente nueva que está de acuerdo con esa nueva forma de llevar tu vida y que te aporta muchísimo.

Mucha gente le dirá que para conseguir esos objetivos y para hacer cambios en la vida hacen falta cosas como, por ejemplo el dinero.

Casi todos los logros son gratis. Para ser mejor pareja, mejor padre o más humilde no hace falta dinero.

¿Ya ha conseguido usted esas tres cosas que le quedaban por hacer?

Pues en parte creo que sí. Mis objetivos personales eran ser mejor padre, y ahora estoy mucho más con mis hijas y las escucho más; ser mejor pareja, y creo que ahora vivo una relación sana en la que puedo mirar a la cara a mi pareja sin esconder nada, y tengo una fundación de ayuda a los demás, algo que tengo en marcha y con lo que procuro asesorar y ayudar a los inmigrantes que quieren volver a su país a que creen su proyecto de vida y no regresen como fracasados.

También habrá quien piense que tres cosas son pocas para enumerar todo lo que le queda por hacer.

Si uno se pone demasiados objetivos se diluyen, es mucho mejor marcarse pocas metas y cumplirlas de verdad. De esta forma uno se quita los pesos que tiene encima y puede tener claro que el día que falte se habrá ido viviendo una vida más limpia y feliz.

Compartir el artículo

stats