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Música

El timple conquista el Oeste

Germán López y Antonio Toledo agotan las últimas fechas por Estados Unidos con la mirada puesta en Canadá donde acaba la gira

El timple conquista el Oeste LA PROVINCIA/DLP

Una gira en pareja, Germán López y Antonio Toledo, a timple y guitarra, que hasta la fecha y según sus protagonistas, arroja un balance "muy positivo", en palabras del timplista en una conversación telefónica con este periódico, el pasado viernes desde Livermore, en California, donde tenía programado un concierto esa misma noche. El instrumento ya es mayor y suena de costa a costa con la misma soltura que en otros escenarios por los que ha pasado de la mano de Germán López. Incluso hace amigos y abre puertas a las que el músico no se habría atrevido ni siquiera a llamar hace unos años.

Son las 10.00 horas en Livermore y la voz de Germán López transmite la satisfacción del artista que ha tenido la suerte de cara, fruto de su empeño en perfeccionar técnica y ampliar los horizontes del instrumento. "Todavía nos queda Las Vegas, Nueva York, Montreal, Quebec y Toronto. Ahora estoy en Livermore, en California, y tocamos esta noche [por el viernes], y en verdad estoy viviendo un sueño que hay que disfrutarlo".

Esta gira, que ya cruza el ecuador, tuvo un previo europeo en julio de este año como punto de partida de la promoción de Canela y Limón. Media docena de conciertos en este mismo formato en Alemania, Croacia, República Checa y Portugal, sirvieron de rodaje de este proyecto y apuntalaron con nota la apuesta por la itinerancia internacional del timplista, y de sus formas de trabajar con el instrumento.

"La gira ha tenido tres partes, una primera en la que nos movimos por Illinois, Indiana y Wisconsin, donde hicimos varios movimientos; después volamos hacia Albuquerque, en Nuevo México, en un festival muy potente que se llama Globalquerque, y de allí nos venimos a California. San Diego, Los Angeles, Malibú, Livermore y San Francisco.Volamos a Las Vegas donde tenemos otros conciertos y volvemos a la costa este para actuar en Nueva York para continuar en Toronto, Quebec y Montreal, donde acabamos". En total y salvo cambios, habrán sido unos 17 conciertos, si bien la hoja de ruta inicial se trastocó al caerse alguna de las fechas previstas. "Perdimos una fecha pero ganamos otra en Globarquerque, que fue genial. Al día siguiente de tocar hubo una baja entre los grupos invitados, el director del festival sabía que seguíamos por allí todavía y nos propuso hacer de nuevo el concierto porque vio que había funcionado muy bien". En primavera, el dúo regresa de nuevo, y con destino a otras ciudades del país a las que no llegaron esta vez.

Directos de distinto signo, algunos privados para profesionales de la música, entre mánagers, programadores, y otros para el público en general en festivales, teatros, auditorios y salas de mediano aforo. Explica Germán López que "ha sido muy variado, y hemos estado en sitios excepcionales como el Lotus Festival, en Bloomington, una ciudad que se reconvertía en escenarios, y juntamos en una iglesia a más de 500 personas. Igual en Albuquerque, donde actuamos en un teatro grande".

El formato dúo, el mismo que llamó la atención de los programadores en los directos que López ofreció en el Womex 2014 en Santiago de Compostela y en este misma feria profesional de las músicas del mundo al año siguiente en Budapest, ha sido determinante para que esta gira fuera posible. "Con una banda de más músicos habría sido más complicado", advierte el timplista. Recuerda que "este formato viene de Womex", en las dos citas señaladas. "Tras el concierto inaugural se fijó en mí el que es el mánager de esta gira americana, que es quien realmente ha conseguido donde estamos hoy, y la gira asiática que es lo siguiente. Era lo que gustó y lo que querían".

La de Budapest, fue la guinda profesional en un año en el que López frecuentó Cabo Verde y pisó por primera vez la ciudad canadiense de Vancouver, en la Western Arts Alliance Annual Conference, piedra de toque para posicionarse en el circuito estadounidense y canadiense.

El repertorio reciente gestado a cuatro manos, otras piezas de su repertorio, de los discos Silencio roto (2009) y De raiz (2013), arreglos de la música popular y alguna versión, han sido los recursos con los que se han ganado al publico. Con la humildad que le caracteriza, el viernes aseguraba que "venir con un timple y traer nuestra música para acá, es fascinante. Tener todos estos conciertos y sin haber estado nunca, era algo imposible antes de estar aquí. Luego compruebas cómo te recibe el público y es asombroso".

¿Y cómo ha recibido el público a esta pareja de músicos? "La gente, practicamente en todos los conciertos, ha acabado de pie", manifiesta con orgullo el timplista. La razón, entre otras, es que "el timple ha llamado mucho la atención por donde hemos pasado. Es un público curioso que tiene muchas ganas de conocer, primero a nosotros, con preguntas acerca del tiempo que llevamos tocando juntos, si era la primera vez que tocábamos allí, si pensábamos repetir, pero le llama mucho la atención el instrumento. Te preguntan cómo se afina, cuántas cuerdas tiene y logicamente exclaman: ¡Ah, es parecido al ukelele!".

Generosidad y respeto mutuo es lo que dan y reciben a cada gesto, y que ambos músicos esperan que se mantenga en lo que resta de gira. "El cariño que nos transmite la gente de aquí, de todas las edades, es asombroso. Incluso hemos coincidido con algún que otro canario, en Bloomington, donde había una chica de Tenerife que acababa de comprarse un timple y que no creía que hubiera un timplista en este festival".

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