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Historia

"El imperio español fue ingobernable por su deuda con los bancos alemanes"

El escritor e historiador Ricardo García Cárcel. LP / DLP

¿Por qué ha cambiado la valoración de la figura de Carlos V ?

Carlos V fue el primer monarca de los Austrias y es el símbolo de la dinastía. La valoración sobre los Austrias varió a partir del siglo XVIII por la guerra de secesión y la entrada de un Borbón. Pero en los últimos años se ha idealizado como la España que no pudo ser y que ahora muchos reivindican. Es la España federalizante, que tiene que ver con la España plural de hoy que adquiere connotaciones contrarias al borbonismo. También es el rey emperador, la imagen que tenemos de los cuadros de Tiziano con esa aureola imperial. Durante el franquismo se sublimó ese sueño con muchas páginas y se vio al imperio como el eslabón de una larga cadena de tradición histórica que venía de Fernando VII. Todo esto se ha cuestionado porque el título fue comprado porque los banqueros alemanes que lo apoyaron.

¿Cómo afectó el legado comunero a la monarquía?

Los comuneros promovieron una revuelta en la que son derrotados, pero su espíritu indigenista de la reivindicación de los propio y el rechazo del imperio pervivió. Valga como ejemplo que en la correspondencia de la propio mujer del emperador revela que tenía simpatías hacia ese espíritu que se resume en la reivindicación de los intereses nacionales frente al imperio.

Y por qué existe la imagen de un emperador belicoso?

Es la que se ha trazado desde el lado francés. Fue la guerra propagandística que tanto él como Francisco I desarrollaron. A comienzos del siglo XVI la publicidad política estaba muy desarrollada. Y se pone en evidencia en el extraordinario ejercicio de desacreditarlo, desde los franceses, después del famoso saco de Roma de 1527, del enfrentamiento con el papa Clemente VII, que utilizaron como artefacto incendiario contra él.

¿Cuáles fueron sus ideas políticas a lo largo de su vida?

Simpatizaba con el erasmismo y era tolerante inicialmente con el luteranismo. Pero a partir de entonces hay un viraje que acaba deviniendo en ese último Carlos V que se retira en Yuste, que abdica, y se convierte en un hombre con unas reflexiones profundamente reaccionarias contra la reforma protestante. Hay una historiografía militantemente protestante que, desde finales del siglo XVII, monta una tesis falsa, pero que tuvo su crédito, de que en realidad Carlos V era protestante. Y su vida sería un ejercicio de simulación.

¿Qué relación mantenía con su hijo Felipe II?

Tradicionalmente se ha mantenido la imagen de la confrontación del padre y el hijo. De que el padre era el bueno y el hijo el malo. El Carlos V liberal y el hijo siniestro, oscuro y encerrado en su Escorial. Pero sus trayectorias tienden de un momento inicial de apertura o de visión más o menos progresista, y una homóloga tendencia al encerramiento, una especie de itinerario común de una primera ilusión a una especie de conciencia de fracaso que tuvieron los dos. Tanto los retratos de Carlos V de Yuste, como los de Felipe II de Pantoja de La Cruz revela dos reyes profundamente agotados, los dos de negro y con sus rosarios, dos figuras que han perdido, a lo largo de sus vidas, las ilusiones de antaño.

¿Cuáles fueron las causas de que ese enorme imperio empezara a desquebrajarse?

Carlos V empieza a reinar desde 1519 con una hipoteca contraída con los banqueros alemanes que apostaron por él porque le era más rentable financieramente. Y esa hipoteca no dejó de crecer. Hubo una total dependencia del imperio con la gente del dinero que nunca lograron superar Carlos V y Felipe II. Las crisis se sucedieron, y la única forma de ingreso era una fuente tan débil como las llegadas de material precioso de América, que estaba sometido a múltiples circunstancias. La monarquía era el gobierno imposible. Eso de que no se ponía el sol se dice muy ostentosamente, pero la realidad es que era patéticamente ingobernable. Y que los esfuerzos de los dos monarcas fueron inútiles.

¿Y en qué se diferenciaban?

Carlos V quería abordar problema a problema con su presencia física, iba de aquí para allá. Mientras que Felipe II a partir de 1556 no viajó ya que su modelo político fue el administrativista, el burócrata, que también fue un fracaso.

¿Y qué importancia tuvo la coyuntura del siglo XVI?

Fueron tiempos de cambios trascendentes. El primero es el surgimiento del protestantismo que supuso la división de Europa y marca trascendentalmente a la monarquía. España pretendía asumir el papel de garante de la catolicidad en Europa en un momento en el que esa Europa estaba partiéndose ideología. Y era una época feudal en la que el trabajo era algo muy mal valorado, porque el sistema hegemónico era el código del honor y la limpieza de sangre, que son antitéticos a los intereses económicos de una burguesía.

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