La identidad cultural canaria apenas ha tenido protagonismo en la formación del profesorado de las Islas, y por tanto su transmisión a las nuevas generaciones ha sido muy pobre. Así lo refleja el estudio presentado ayer por Teresa González Pérez, doctora en Historia de la Universidad de La Laguna, en el marco del XXII Coloquio de Historia Canario Americana, que se celebra en la Casa de Colón de Gran Canaria hasta el 7 de octubre.
La construcción de la identidad nacional de los otros. La identidad cultural isleña y la formación del profesorado en el siglo XX es el título de la conferencia impartida por la doctora González, en el que hace una reflexión sobre la presencia de las materias relacionadas con la cultura canaria en los planes de estudio de formación de maestros. Para ello investigó todos los planes de estudio del siglo XX de Magisterio, y además de revisar la legislación, estudió en cada una de las Escuelas de Magisterio de las dos Universidades canarias, como se concretaban las materias propias de Canarias en esos planes de estudio.
Si bien durante la Segunda República (1931-1939) se permitió a cada comunidad introducir contenidos relacionados con sus rasgos culturales, registrándose en las dos escuelas de Magisterio de Canarias la introducción de estudios relativos a la botánica y la historia locales e incluso cuestiones relativas a la psicología del niño canario, a partir de la Guerra Civil y el franquismo, desaparece toda esa identidad cultural, eliminada por el centralismo.
"Incluso en la Segunda República, Canarias fue un poco tardía en desarrollar sus señas de identidad, quizás por dos motivos, el primero, que no tenemos una lengua vernácula que nos diferencia como en el caso de Galicia, el País Vasco, o Cataluña, por tanto la lengua nos ha frenado ese proceso de identidad, pero también la dejadez de las autoridades locales, la poca implicación que ha habido por conocer y rescatar nuestro pasado cultural, todo nuestro acerbo histórico", indicó la historiadora.
En la última etapa del franquismo se detecta el interés de algunos profesores por rescatar esas señas de identidad, y transmitirlas al alumnado, lo cual se refleja en el plan de estudios de Magisterio de 1971, donde aparecen unas asignaturas específicas optativas, como es el caso de la Geografía de Canarias, Historia de Canarias y el Español hablado en Canarias. Durante la transición siguen abundando los estudios sobre Canarias, no sin superar una serie de condicionantes legales y administrativos para introducir esas materias; pero es en el período democrático, con la implantación de la Logse y el plan de estudios de 1992, cuando se introducen asignaturas obligatorias en las dos Escuelas de Formación del Profesorado (Geografía de Canarias, Historia de Canarias, Español hablado en Canarias), así como un amplio abanico de materias optativas específicas, sobre el agua en Canarias, los volcanes, los juegos tradicionales, el folclore canario...
Este fue el período más importante para la cultura canaria porque por primera vez las universidades tuvieron la posibilidad de ofertar a los futuros maestros esa formación más acorde con la realidad de las Islas, para que éstos luego la transmitieran a los niños en las escuelas.
No obstante, fue una especie de espejismo, por la "débil nacionalidad canaria", según indicó González. "No hubo una implicación política, a pesar de tener un partido nacionalista en el poder. Con el cambio de normativa, esas materias han ido desapareciendo. Lo que se ha hecho es folclorizar la cultura, limitarnos al Día de Canarias, nos ponemos el traje regional y amasamos gofio, pero la patria canaria es algo más, hay que transmitir ese sentimiento de identidad en todo el período escolar", concluyó.
