Bien ponderado siempre por su sabor, textura y tolerancia, en los últimos tiempos el plátano ha sufrido, en parte, los efectos de las dietas de adelgazamiento y los menús light, que han desaconsejado su consumo por su elevado aporte de calorías debido a su riqueza en hidratos de carbono.

Sin embargo, los especialistas cada vez más intentan romper esa falsa creencia. "El plátano aporta cuatro veces menos energía que una madalena, y ocho veces menos calorías que un cruasán", explica José Manuel Román García, nutricionista.

Sin embargo, la comparación resulta más esclarecedora si se hace de fruta a fruta. "La porción comestible del plátano es menor que en otras frutas, lo que hace que cada vez que ingerimos uno estemos realmente consumiendo las mismas calorías que cuando nos comemos una manzana del tamaño de un puño".

La abundancia en hidratos de carbono ofrece, según el estado de maduración, azúcares de diverso tipo: almidones, fructosa y sacarosa.

"Si se come en su momento óptimo de maduración, cuando puede pelarse con facilidad y presenta manchas en su piel, es rico en fructosa, el típico azúcar de la fruta. Es un azúcar sencillo, con un alto poder para dar sabor dulce, pero con un efecto moderado o bajo sobre el azúcar de la sangre. Por eso, no deben descartarlo las personas con sobrepeso o que padecen diabetes, siempre y cuando lo consuman en el momento adecuado, a pesar de que tenga más calorías que otras frutas", explica José Manuel Román García.

"Precisamente, ese gran dulzor que le aporta la fructosa, más potente que el del azúcar que usamos habitualmente (el azúcar blanco), le ha hecho merecedor de una mala fama", afirma el nutricionista.

Junto a los azúcares, quizá el otro gran patrimonio nutricional del plátano es el potasio. "Es una de las frutas con mayor contenido en este mineral, que es fundamental para el organismo por contrarrestar el efecto de la sal común, rica en sodio".

Es por eso por lo que "resulta muy beneficioso para el organismo por favorecer la eliminación de líquidos extracelulares, lo que llamamos comúnmente "retención de líquidos".

Y por esa razón, asimismo, el plátano "es una fruta valiosa para los hipertensos, los enfermos de gota o con patologías reumáticas, y ayuda a estabilizar el correcto funcionamiento de músculos, evitando los calambres musculares.", señala el dietista.

A esas virtudes hay que sumarle a la fruta de Canarias que "es una de las de mayor aporte de fibra soluble, una clase de fibra que favorece la flora intestinal y controla los niveles de colesterol".

A la abundancia en potasio hay que añadir la de fósforo. "Es una de las frutas más ricas en este mineral, que está presente en todo el tejido nervioso y es responsable de la estabilidad de las neuronas".

En cuanto a las vitaminas, José Manuel Román García destaca del plátano su formidable aporte en vitamina A (en forma de carotenos), "un nutriente esencial en el mantenimiento de una piel y mucosas sanos, así como para el refuerzo del sistema inmunológico".

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