La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista a Arturo Castillo

"No hay alimentos chupete para combatir la tristeza"

"Tu felicidad depende de cómo miras, piensas, ríes, comes, duermes y vives", explica el cocinero

Arturo Castillo. J. A.

¿Qué es la cocina ayurveda?

Es un método milenario, de hace más de 5.000 años, que busca el equilibrio del cuerpo y la mente a través de que cada persona se conozca a sí mismo, y a cuál es su capacidad digestiva. Hay alimentos que pueden ir a favor y en contra de lo que cada uno es. A largo plazo, comer algo que choca constantemente con una capacidad digestiva que no tienes, puede ser una enfermedad.

¿Cómo se sabe qué alimentos van en favor tuyo y en tu contra?

El cuerpo tiene una tendencia energética. En tu caso, por ejemplo, tiendes a ser kapha, tierra y agua, acumulas líquidos porque tu cuerpo tiene capacidad para retener los minerales. Habrás escuchado que las ensaladas por la noche son buenas, pero no, hacen que kapha retenga por la mañana todos los líquidos del mundo. Esto es un ejemplo, pero va mucho más allá. El ayurveda busca tu biotipo, tu dosha, y esto nos dice cuál es el alimento más oportuno.

¿Cómo sabemos esto?

Es recomendable que lo haga un especialista. En la charla mostraré la descripción de los biotipos para que las personas se identifiquen y puedan saber si se sienten más kapha, pitta o vata para saber lo que deberían comer y por qué les pasa esto y aquello.

Ha titulado la charla 'El arte de fluir con la vida'. ¿Qué es eso?

Aceptar que la vida es como es y que yo metabolizo la vida, no la vida a mí. Cuando eres capaz de metabolizar la vida, formas parte de ella y como no te puedes quejar de aquello de lo que formas parte te das cuenta de que la felicidad depende de ti. Entonces eres libre y feliz de verdad, no sonriendo, sino sintiéndolo. Tu felicidad depende de cómo miras, piensas, ríes, comes, duermes y vives.

Suena fácil, pero imagino que el camino es largo.

Depende de la persona. Las hay que lo entienden muy rápido y empiezan ya y otras que aguantan más porque les gusta sufrir un poco. Esto suena un poco raro...

¿Raro, el masoquismo?

[Ríe] Es cierto.

¿Hay un masoquismo alimenticio?

Sí. Hace 18 años que me dedico a esto y encuentro personas que, sin quererlo, de forma inconsciente, buscan sufrir para dar pena y que les quieran y, a través de eso, ser felices. Cuando encuentran a alguien que no hace lo que esperan, sufren. En estos caos siempre les pregunto: ¿Cómo pides algo que no eres capaz de darte a ti mismo?

Lo que explica parece una mezcla del 'conócete a ti mismo' del oráculo de Delfos, el 'mens sana in corpore sano' de Juvenal y el popular 'quiérete para que te quieran'.

Sí, exacto. Viene a ser conócete a ti para conocer el entorno, formar parte de él y fluir.

¿Qué pasa cuando una persona fluye? ¿Qué cambia?.

Cambia muchísimo. Una persona que fluye se escucha cuando come, dice: "Esto ahora no me va a sentar bien, mejor luego". Establece un diálogo interno positivo, no desde la pena y el sufrimiento, sino desde la aceptación. Esa persona se va a lanzar al mundo sin miedo y sin ideas estancadas. Será feliz porque da igual qué le venga porque fluirá, se adaptará a todo. Es una persona que comerá la cantidad necesaria pero de calidad, hará deporte, tendrá buenos horarios, rutinas, leerá... Fluirá en lo nutricional y también en lo espiritual.

¿Cuál es el primer paso que debe dar alguien que quiera cambiar su alimentación?

Preguntarse por qué lo va a hacer, si por los demás o por ella misma. Y lo siguiente: cambiar la despensa. Buscar una despensa bonita y poner alimentos bellos que, aunque tengas un momento de ansiedad, aquello que comas sea sano. Y después, dar tiempo, una o dos semanas, para que el cuerpo empiece a metabolizar el cambio, que es progresivo, suave. No debe ser brusco porque la mente se queja y pide sus galletas y bollos.

¿Se queja más la mente o el cuerpo en este cambio?

La mente, pero lo sufre el cuerpo. El cuerpo sufre los caprichos de la mente. A la mente se le ocurren cosas: echar una mermelada con arándanos, unas fresas, nata... Al cuerpo no le queda otra que seguir el ritmo de la mente y sólo dice: "que esto no me siente mal". Cuando el cuerpo está agotado de ese sufrimiento mental la mente se anula y ahí viene la falta de memoria, frío en las manos y los pies, descoordinación, falta de sueño, mal carácter... Síntomas que encuentro a menudo en muchas personas.

Imagino que hay gente que decide cambiar su alimentación pero mal informada.

Sí, cada cuerpo y cada digestión es diferente y si usas una información que no te va bien puedes, incluso, hacerte daño. En realidad, es fácil. Si entiendes la metáfora y buscas tus alimentos más afines y tus horarios más estables, despejarás tu mente y la ansiedad se apartará para iniciar un estilo de vida, no una dieta. No creo en las dietas. Cuando le das al cuerpo lo que es capaz de digerir y entender inmediatamente te va a dar felicidad y bienestar.

¿Qué alimento no falta jamás en su despensa?

El aceite.

¿Cuál?

Un aceite de oliva bueno, español. El aceite de oliva es importante. En la India se usa el de sésamo, pero aquí podemos usar el de oliva. Me gusta traducir mi cocina a lo que hay en cada zona. En España, por ejemplo, hay unos aguacates preciosos y es una buena forma de tomar grasa natural. También hay buenos aceites y buenas sales minerales. Es una pasada. Esto va muy bien para equilibrar los excesos mentales. Estas grasas son muy buenas cuando empieza el tiempo más fresco. El producto español, la gastronomía española es una belleza. A veces se combina de forma poco favorable, pero los ingredientes, si se combinan bien, son lo máximo.

¿Qué no combinamos bien?

[Ríe] ¿De verdad quieres que te lo diga?

Por favor...

Una de las combinaciones más locas que he visto es el desayuno español. Ese café con leche, zumo de naranja y un cruasán o una tostada con mantequilla o con tomate y aceite. Si lo desgranamos en el aspecto digestivo el café no combina con el zumo de naranja ni éste con la leche. El zumo no combina con el pan y el pan no lo hace con el tomate, que es ácido. Y el aceite o la mantequilla no cuadra con el zumo ni con el café ni con la leche ni con la tostada. Es una bomba digestiva.

¡Pero si ése es el desayuno más habitual aquí!

Si te quedas con el pan, el aceite y el tomate, en vez del café con leche y el zumo toma una infusión. Automáticamente ese desayuno se convierte en un beneficio, no en una bomba. Arreglado. Todo está en la combinación. ¿Ves cómo te decía que a la mente se le ocurren cosas?

¿La mente es más creativa de lo que el cuerpo necesita?

¡Totalmente! La mente es la que esclaviza al cuerpo.

Dice que sabe qué debe comer alguien en función de su estado anímico...

De eso y de su capacidad digestiva, de cómo tiene el cuerpo, de los pensamientos, de cómo mira... Hay mucha información en todo eso. Todo habla de la persona. No es adivinar, es que he estudiado eso 18 años. A través de la ayurveda se puede conocer el cuerpo porque se llega a la mente y ésta refleja el estado el cuerpo.

¿Hay algún alimento que pueda tomar todo el mundo cuando, por ejemplo, está triste?

No. Debe haber conciencia para saber por qué estás triste. Hay autoconocimiento, no alimentos chupete. Eso es algo que deberíamos quitarnos de encima porque esa idea nos asocia a que algo externo, un alimento, nos va a dar la felicidad. No, me doy la felicidad a mí mismo. Debo sentarme, pensar qué me pasa, por qué estoy así y arreglarlo.

O sea, que lo del chocolate cuando estás de bajón...

Eso lo ha enseñado mucho Hollywood, con el bote de helado. Es cierto durante unos minutos. El azúcar es muy importante. Lo primero que tomamos cuando nacemos es la leche materna, que es dulce. Lo dulce, de adulto, te recuerda al regocijo de mamá. Te arropa y te mima. No está desenfocada la idea. Está desenfocado a largo plazo. Hay quien puede tomarse una tableta de chocolate en un momento dado y le sentará bien. Pero no podemos usarlo como herramienta para la felicidad.

Compartir el artículo

stats