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Educación

Mucha tarea para tan pocos resultados

Las asociaciones de padres tildan de "excesivo" el tiempo que dedican sus hijos a los deberes en casa

Mucha tarea para tan pocos resultados

Padres y madres llevan años quejándose del excesivo tiempo que sus retoños pasan realizando deberes escolares en casa. Se trata de una cuestión que no gusta demasiado a los profesores, que entienden estas protestas como una intromisión en su función docente. Este curso, los progenitores han dado un paso más y preparan para el próximo mes de noviembre una "huelga de tareas" durante todos los fines de semana. Pero no se trata de una cuestión que pueda reducirse a una simple valoración del tiempo, sino que lleva detrás todo un debate acerca del sistema escolar y las políticas educativas.

Si se atiende exclusivamente al reloj y según varios estudios publicados, lo cierto es que España se sitúa entre los países en los que más tiempo se dedica al estudio. En concreto, según un informe elaborado por UGT, en el caso de Educación Secundaria, las aulas estatales son las que suman más horas, con un total de 1.061, mientras que en el caso de Primaria el país desciende algunos puestos, hasta el octavo, con 787 horas lectivas.

Mientras, respecto al tiempo de tareas en casa el único país que supera a España es Italia: 6,5 semanales en el país frente a los 8,5 de los transalpinos. Muy lejos de las 4,8 horas de media en los países de la OCDE y "mucho más de la recomendación de dos horas y media", lamenta el presidente de FITAPA, una de las asociaciones de padres de alumnos de las Islas, Eusebio Dorta.

El representante del colectivo sostiene que esta "excesiva" dedicación a las tareas "puede ser una de las causas de los elevados índices de fracaso escolar" y argumenta que "los niños acaban extenuados la semana, porque suman las horas de clase, las de tarea y las actividades extraescolares, con lo que casi no tienen tiempo para el ocio". "No les estamos dejando disfrutar de su niñez", lamenta.

Sin embargo, la relación entre las horas de deberes en casa y los resultados escolares "no está tan clara", según defiende el catedrático universitario de Didáctica e Investigación Educativa, Amador Guarro. De hecho, alude a una investigación elaborada en el año 2013 por varios autores internacionales que recopilaron los datos existentes hasta el momento en cuanto a este asunto.

En ese sentido, Guarro explica que "un 32% de ellos concluye que los deberes tienen un efecto negativo en los resultados, un 35% refleja que el efecto es negativo y el 33% restante considera que no existen parámetros para obtener un efecto estadístico". "Un tercio cada opción posible", resume el catedrático de la Facultad de Educación, quien entiende que "hasta el momento hay multitud de estudios pero ninguno entra a valorar otras cuestiones tales como el tipo de deberes o la metodología de los profesores ni la implicación de la familia".

Precisamente, para el docente universitario es en esta faceta cualitativa dónde debe centrarse el debate: "La visión que se ofrece es sesgada y parcial", en alusión no solo a las investigaciones realizadas hasta el momento sino también a la controversia generada este curso, especialmente después de que la Confederación nacional de APA convocara una "huelga de tareas" para los fines de semana de noviembre.

En cualquier caso, Amador Guarro insiste en que "no es una cuestión de decir sí o no a los deberes" y asegura que "se trata de una reflexión del sistema educativo que tiene España actualmente". Al respecto, comenta que "el problema es cómo se enseña y en este caso de los deberes se han entendido como más de lo mismo". "Tal y como están estructurados, es un sistema obsoleto de aprendizaje basado en la repetición de lo que se da en la escuela", insiste Amador Guarro.

De hecho, es la misma teoría que mantiene el presidente de Fitapa, Eusebio Dorta, quien apuesta por un tipo de enseñanza diferente: "Los niños de hoy en día tiene otras habilidades diferentes y aprenden más por otros medios, de práctica o audiovisuales que por la mera repetición, que es precisamente lo que hacen con la mayoría de las tareas".

Dorta viene a decir de esta manera que memorizar no es siempre aprender, una tesis que defiende también el presidente de la Unión de Estudiantes de Canarias (Udeca), Jordan Correa, quien aboga por "replantear la fórmula de deberes hacia una más pedagógica que complemente lo que se aprende en clase en lugar de repetirlo". "Desde que son pequeños se piensan que por machacar un ejercicio se hará mejor y en realidad es contraproducente porque al final el alumno se cansa de la asignatura, del colegio y hasta de aprender", asevera.

No se trata de una simple teoría. El catedrático de la ULL recuerda que hace unos años colaboró en un experimento con estudiantes de Primaria que había obtenido un 10 en el examen de la teoría de la gravedad. "Con esa nota perfecta, les empezamos a hacer preguntas sobre por qué y como la gente no se cae de un planeta si es redondo o por qué en la luna se flota, y las respuestas evidenciaron que no habían entendido la teoría de la gravedad, sino que se habían aprendido de memoria lo que ponía el libro", comenta.

Admite el catedrático que el debate acerca de la reformulación del sistema educativo es viejo pero considera que en tiempos de la revolución tecnológica sigue dando giros: "Se ha hablado mucho de la adquisición de competencias básicas pero en la actualidad además se trata de aprender a obtener la información que no se tiene", dice. Es precisamente por esta línea por la que apuesta Amador Guarro a la hora de estructurar los deberes.

Eso sí, apunta a que "tal y como evidencian algunos estudios, para que las tareas escolares en casa sean beneficiosas en el proceso de aprendizaje del estudiantes deben darse tres condiciones" y enumera: "Hay que individualizarlos, de tal manera que a cada niño se le ponga el tipo de deberes que requieren sus necesidades; han de tener supervisión diaria por parte del profesor para corregir lo que no se ha hecho adecuadamente; y deben formar parte del interés general de las familias por la educación de sus hijos".

En este último punto, el catedrático de Didáctica e Investigación Educativa asegura que "un estudio del Consejo Escolar revela que tiene más peso mostrar interés por las actividades del niño y el aprendizaje que el simple control que realizan sobre si se cumple o no la tarea" y en cuanto al tiempo reconoce que "depende mucho de las particularidades de las familias, porque no todas pueden dedicar horas a sentarse con sus hijos".

En ese sentido, Eusebio Dorta asevera que se trata de que "como padres" se ha detectado "un problema en la educación de los niños y hay que buscarle alguna solución". El presidente de Fitapa insiste en que "el sistema educativo está anclado en lo que era hace cien años, basado en clases magistrales más deberes y esta es la situación que debe cambiarse".

De hecho, asegura que "no es una postura en contra de la tarea sino del exceso", cuestión que achaca a las propias políticas educativas pero también al profesorado. "No existe coordinación entre ellos, cada uno pone un poco y al final los críos hacen dos o tres horas diarias de tarea", lamenta Eusebio Dorta. Como cabía esperar, tal apreciación no sienta bien al profesorado, que ha entendido la controversia como un ataque a su profesionalidad.

Así lo expresa el presiden te de ANPE en las Islas, Pedro Crespo, quien entiende que "al médico no se le cuestiona el medicamento que receta al paciente pero sí se duda de la labor del docente a la hora de poner las tareas". "No son cosas abusivas en general y si lo fuera siempre cabe la opción de quejarse al tutor, al equipo directivo o incluso ante la inspección para que se corrija", explica Crespo para informar de que "hay centros en los que hay un organigrama en el que los profesores organizan los deberes que mandan", cuestión que confirma el presidente de Udeca.

Además, tanto Crespo como el portavoz de la Federación de Enseñanza de CCOO en Canarias, José Ramón Barroso, apuntan a que hay elementos laborales que inciden directamente en la atención individualizada que requieren los estudiantes: "Los deberes son necesarios porque generan ciertas habilidades en los alumnos y hay que disminuyendo la cantidad", dice Barroso antes de concluir que "los cambios normativos han traído a la profesión docente demasiada burocracia que impide adaptarse a los nuevos métodos pedagógicos más individualizados".

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