¿Cómo llega usted a la cartografía de Juan Negrín?
Yo lo que conozco es lo que está aquí, en la Fundación, y lo conocí hace años en París, cuando hice un atlas de la guerra y su nieta me dejó consultar sus mapas, que eran los del Estado. Son muy interesantes y es la primera vez que se muestran al público, en Canarias y en España. Casi todos corresponden a la zona de Cataluña, ya que Juan Negrín residió como jefe del Gobierno de la II República en Barcelona. Creo que son fantásticos. Tienen un valor incalculable y han sido utilizados y estudiados relativamente poco. Yo fui de los primeros.
¿Qué posibilidades ofrece al conocimiento histórico?
Por si mismos, son documentos impresionantes como fuente de información. Te explica lo que pasó en el día a día, con los movimientos sobre el terreno, y compruebas si de verdad las unidades militares estaban donde creías o las habían situado en otros documentos. Además, hay muchísimos que son inéditos, y en Historia, todo lo inédito tiene un gran valor. Por lo que estos mapas tienen un valor histórico muy amplio.
En su conferencia hace una relectura de la Batalla del Ebro.
Intento mostrar lo que fue la batalla a través de imágenes de estos mapas. Yo guardo una copia del que más me gusta, que es el último de todos y muestra al ejército republicano en retirada en el momento en que atravesó, de regreso y derrotado, el río Ebro. Es muy bueno.
El territorio republicano quedó fracturado después de caer Teruel. ¿Cuál era la prioridad de Negrín al presentar batalla?
Cataluña quedó aislada y los republicanos intentaron frenar la ofensiva del ejército franquista sobre Valencia y su caída, que parecía inminente. A consecuencia de este hecho, se desarrolló la batalla más larga y cruenta de la guerra. Además, el bando republicano, estando en clara inferioridad, pretendía resistir para que juntar este conflicto con el inicio de la II Guerra Mundial. Pero fue una batalla terrible de desgaste. El bando republicano, al menos el catalán, ya no tenía elementos humanos ni militares. A esto se suma que la retaguardia estaba muy desmoralizada. Yo soy de esa zona y mis padres, que eran pequeños durante la guerra, jamás me hablaron de izquierdas, derechas o anarquistas. Solo hablaron de hambre. Y si el recuerdo más fuerte de la retaguardia no es político sino el hambre es que esa retaguardia tenía pocas condiciones para resistir.
¿Fue un acierto o un fallo desde el punto de vista estratégico?
Fue más criticado Franco. Muchos de sus generales y sobre todo los asesores alemanes pensaban que no tenia ninguna necesidad de hacer un tipo de batalla lenta y costosa. Tenía otros medios de hacerla, menos costosa para él, y ganarla más rápido. Entonces, teniendo unos medios muy superiores, Franco dijo que la única cosa que beneficiaba a la República era el terreno y dispuso ataques frontales durante 115 días que destrozaron al ejército republicano y causaron miles de bajas en su propio bando. Las criticas vienen porque tenía otras maneras de ganar con un coste humano mucho menor.
¿Qué muestran los mapas?
Los movimientos del frente y las unidades que están detrás de cada zona, con mucho detalle. También los límites entre unidades militares. Y si pones las contrarias, éstas, evidentemente, corresponden al espionaje o la información recogida de los prisioneros.
¿Se puede apreciar algún elemento psicológico?
Yo tengo un tío que fue sargento del ejercito de la República y me decía que fue un especialista en retiradas. Lo decía porque siempre, a pesar de estas resistencias, el ejército se fue retirando. Los mapas marcan esto. Y la retirada siempre supone una desmoralización. Por más que luchas, siempre estás más atrás y, eso, sí lo marcan los mapas.
¿Considera, por los mapas, que la Guerra Civil fue un banco de pruebas para lo que se impuso en la II Guerra Mundial?
No. Las cantidades no se acercan ni de lejos y los soldados iban a pie. Yo la considero más cercana a la Primera, por la Batalla del Ebro que fue de desgaste como lo fue la contienda mundial. Fue una guerra moderna e industrial, con aviones y tanques, como armamento más moderno. Los alemanes sí aprendieron pero los rusos, que después demostraron tener un ejército increíble no lo hicieron. Tenían los mejores tanques, pero fueron pésimamente utilizados. Siguieron aferrados a un mal uso y solo las debacles de los primeros años de la guerra mundial hicieron que se convirtieran en una gran potencia. En España ganó el que tenía más medios, más armas.
¿Tuvo alguna opción el bando republicano?
La verdad es que no. El gobierno republicano no tuvo apoyo exterior. Sin esa ayuda de Francia e Inglaterra era imposible. Fallaron por distintos motivos y la España republicana siempre fue a remolque. Rusía envío armamento moderno cuando nadie se los quería vender. En cambio, Franco siempre recibió suministros directos. Esto produjo un desnivel muy grande. Además, Franco pagaba a crédito. Lo hizo después, y eso, como en la vida, es una gran ventaja.
¿Considera que los mapas tienen alma? ¿Cuál sería la que corresponde a los de Negrín?
Estos cuentan la historia de un día de avance y 114 de retirada. Es la historia de una derrota. Siempre marca puntos en dirección contraria. Primero se acercan a Tarragona y al día siguiente ya están en Tarragona. Hasta llegar al 26 deoctubre que entran en Barcelona y el 27, en mi ciudad, Badalona.
¿Qué Negrín descubrimos a través de su cartografía?
Demuestra la estructura de un ejército y dentro de sus limitaciones, que el Estado funcionaba. De cada mapa se imprimían 100.000. Y Juan Negrín era jefe de Gobierno y Ministro de Defensa Nacional. Por tanto, demuestra que estaba perfectamente informado y que tenía que tomar medidas políticas, con graves enfrentamientos en su partido y con sus aliados, y con pésimas relaciones con las autoridades catalanes. Negrín fue el presidente de la derrota y de una ciudad bombardeada y con hambre. Fue un gran científico y fisiólogo. No un gran estratega, porque nunca fue su misión. Él debía escuchar a los profesionales militares y tomar decisiones y considero que Negrín, se equivocara o no, sabía tomar decisiones. Luego los historiadores toman partido.
Y en su opinión, ¿qué lugar debería ocupar en la historia?
En aquel momento, ya las opiniones fueron encontradas. La época es difícil porque es la peor en la historia de España a la hora de analizar con serenidad. Yo tengo una idea personal, y me puedo equivocar. Pienso que fue una persona de una capacidad científica muy grande. Fue un hombre preparado y libre. Siempre he pensado que es uno de los gobernantes mejor preparados que ha tenido la España contemporánea y al que le tocó gobernar en la peor de las circunstancias. Me parece una lástima que no le tocara vivir otros tiempos. Creo que se perdió un gran presidente.
